4444 escribió:Igual tiene algo que ver, que los países del norte, están hasta los mismísimos de financiar farlopa, Moet Chandon, putas, juergas, vacaciones, yates, cacerías a todo trapo, temporadas de esquí, desplazamientos lujosos con toda la familia a tuti plen, casoplones, palacetes, carracos y bugas por doquier , cuentas bancarias opacas en paraísos fiscales de Andorra, Suiza, Bahamas, etc, subvenciones a la burguesía, vicios varios, de los que están tan acostumbrados estos politicuchos, de todo tipo de ideología y colores. Junto con la casa real.
Y además sin cortarse un pelo en el despilfarro para ellos, ahi no discuten, menudo tinglado tienen montado. Con varios cargos a nómina y la retirada soñada, consejero delegado en alguna energetica ó derivados + la pensión vitalicia de marras . Eso juntado al amiguismo, cuñadismo, tripas agradecidas y demás especies. PIB made in Spain oigan!!. No quieren consejos ni exigencias de como administrar el dinero para la ayuda, sólo que nos den la pasta. Y a seguir pegándole fuego a costillas del ciudadano.
Tienes tu parte de razón, pero pensar que holandeses o alemanes nos han financiado gratis sin sacar su tajada es como creer que los niños vienen de París, aparte de que somos su maravilloso, seguro y barato - para ellos - lugar de fiesta y veraneo preferente. Su banca nos tiene bien pillados porque hay una cosa que se llama unión monetaria con la que de esta vendrán recortes salvajes sí o sí, como le tocó a Portugal o Grecia cuando les sacudió la crisis hace unos años. De aquella, en Grecia, Siriza era un fuerza política comunista que al final tuvo que tragar porque no había con que pagar.
Pero también hay que recordar que el nuestro era posiblemente el país más estupidamente europeísta de Europa, con un papanatismo que rozaba lo infantil con todo lo "uropeo". Está bien que algunos despierten.
Sin embargo, con todos nuestros defectos aquí tenemos todavía bastante más respeto a nuestros ancianos que nuestros vecinos del norte.
Saludos
El orden humano se parece al Cosmos en que, de vez en cuando, precisa hundirse en el fuego para renacer de nuevo. Ernst Junger. Sobre los acantilados de mármol.