Los visores nocturnos tienen como principal objetivo suministrar a quienes los utilizan una importante ventaja estratégica: ver sin ser vistos en la más absoluta oscuridad. Su principal uso está relacionado con temas de seguridad, guarderío, vigilancia y caza.
Los visores nocturnos se clasifican por generaciones, y cada generación se corresponde con la aplicación de un método distinto para la captación e intensificación de la luz residual (principio por el que se rigen todos los visores nocturnos). Así, a día de hoy, encontramos miras de primera, segunda, tercera y hasta cuarta generación, siendo las de la tercera generación las que más abundan en el mercado actual.