Surrealismo y Legislación de Armas
Publicado: 28 Jun 2012 10:13
Lo reconozco, hay cosas que me cuesta mucho entender.
No entiendo como el Ministerio de Interior es capaz de formar magníficos expertos en balística y profesores de Armamento y Tiro, de organizar y mantener Unidades con personal de un alto nivel operativo, cuyo prestigio y profesionalidad traspasa nuestras fronteras.
Total para qué?
Para ignorarles y no buscar un asesoramiento cabal a la hora de legislar en materia de armas?
Para no consultarles a la hora de dotar del armamento, material y municiones más adecuado a sus agentes?
No entiendo la devoción de los tecnócratas y políticos a la Convención de Ginebra y a sus disposiciones sobre los proyectiles de guerra. Ni entiendo justificable aplicar esas normas para las labores policiales y las necesidades defensivas civiles.
No entiendo la ambigüedad a nivel nacional, ni el someter la cuestión al capricho e ignorancia de un político local, a la hora de autorizar a los agentes el uso de municiones realmente eficaces y adecuadas al uso policial.
No entiendo que, además, responsabilicen a los agentes de las consecuencias de la sobrepenetración y rebotes de unos proyectiles militares totalmente inadecuados para su uso civil y urbano.
No entiendo la despreocupación institucional en materia de instrucción y entrenamiento tanto a nivel nacional,autonómico como local. Para que hablar entonces en el campo de la Seguridad Privada.
No entiendo que se puedan conceder, aunque sea con muchas dificultades y limitaciones, licencias Tipo B sin programar y exigir una formación adecuada y un mínimo nivel de pericia a sus poseedores.
Ni que no se dispongan para estos usuarios unas prácticas periódicas tuteladas, tal como se hace, o debería hacerse con la seguridad Privada.
Ni que se impongan a estas licencias unos cupos de munición ridículos e insuficientes para todo aquel que pretenda hacer un entrenamiento medianamente decente por su cuenta. Y que,de nuevo, se aplique, sin otra posibilidad, la Convención de Ginebra, vetando la posibilidad de usar munición adecuada para defensa.
Claro, después hay accidentes usando armas e incidentes con el comportamiento de los proyectiles. Pero bueno, siempre tenemos al pobre diablo que se ha visto obligado a hacer uso del arma para responsabilizarse directamente de las incoherencias legislativas.
En fin, dónde nacieron Dalí y Buñuel?
En España, por supuesto.
No entiendo como el Ministerio de Interior es capaz de formar magníficos expertos en balística y profesores de Armamento y Tiro, de organizar y mantener Unidades con personal de un alto nivel operativo, cuyo prestigio y profesionalidad traspasa nuestras fronteras.
Total para qué?
Para ignorarles y no buscar un asesoramiento cabal a la hora de legislar en materia de armas?
Para no consultarles a la hora de dotar del armamento, material y municiones más adecuado a sus agentes?
No entiendo la devoción de los tecnócratas y políticos a la Convención de Ginebra y a sus disposiciones sobre los proyectiles de guerra. Ni entiendo justificable aplicar esas normas para las labores policiales y las necesidades defensivas civiles.
No entiendo la ambigüedad a nivel nacional, ni el someter la cuestión al capricho e ignorancia de un político local, a la hora de autorizar a los agentes el uso de municiones realmente eficaces y adecuadas al uso policial.
No entiendo que, además, responsabilicen a los agentes de las consecuencias de la sobrepenetración y rebotes de unos proyectiles militares totalmente inadecuados para su uso civil y urbano.
No entiendo la despreocupación institucional en materia de instrucción y entrenamiento tanto a nivel nacional,autonómico como local. Para que hablar entonces en el campo de la Seguridad Privada.
No entiendo que se puedan conceder, aunque sea con muchas dificultades y limitaciones, licencias Tipo B sin programar y exigir una formación adecuada y un mínimo nivel de pericia a sus poseedores.
Ni que no se dispongan para estos usuarios unas prácticas periódicas tuteladas, tal como se hace, o debería hacerse con la seguridad Privada.
Ni que se impongan a estas licencias unos cupos de munición ridículos e insuficientes para todo aquel que pretenda hacer un entrenamiento medianamente decente por su cuenta. Y que,de nuevo, se aplique, sin otra posibilidad, la Convención de Ginebra, vetando la posibilidad de usar munición adecuada para defensa.
Claro, después hay accidentes usando armas e incidentes con el comportamiento de los proyectiles. Pero bueno, siempre tenemos al pobre diablo que se ha visto obligado a hacer uso del arma para responsabilizarse directamente de las incoherencias legislativas.
En fin, dónde nacieron Dalí y Buñuel?
En España, por supuesto.