Cuelgo un extracto del manual para que le echeis un vistazo, no sé por qué no salen las fotos
2.9-Enfoque del trabajo diario: SA,OODA
Estos dos conceptos son los más importantes en la protección, y los que se están aplicando con mayor eficacia en Irak. Los dos se refieren al manejo de la información. Si partimos de la idea de que el agresor debe disponer de información para planificar el atentado, si nosotros le negamos esa información, o la manipulamos, no podrá llegar a realizar el ataque. Recuerda que una vez que nos vemos en medio del atentado, es prácticamente imposible salir indemne.
El primero corresponde a las siglas de Situation Awareness, o Alerta Situacional. Consiste en una escala que relaciona el nivel de información que dos oponentes tienen el uno del otro, de la siguiente forma:
SA nivel 4: el enemigo sabe y yo no. Esta es la peor situación posible, ya que el terrorista sabe quién soy, por donde me muevo, mis rutinas, mis puntos débiles, etc. Sin embargo yo no los conozco a ellos, no sé cuándo se producirá el atentado, ni de qué forma, etc. Prácticamente soy un conejo caminando hacia el puesto del cazador. Sin embargo, esta es la situación mayoritaria de los escoltas en el País Vasco: se limitan a “pasearse” con el V.I.P., o a aplicar tácticas anticuadas mientras los informadores y los terroristas pululan a su alrededor sin que los reconozcan.
SA nivel 3: Ninguno de los dos sabemos. Este es quizás el nivel más alto al que un escolta privado puede aspirar en el trabajo cotidiano. Ya que no vamos a tener acceso a información para identificar a los terroristas, si aplicamos correctamente tácticas de engaño, al menos los terroristas tampoco tendrán la información necesaria para planear el atentado.
SA nivel 2: Los dos saben. Esta situación es típica del momento en que se desencadena un enfrentamiento abierto. No es una etapa aconsejable, ya que se supone que cualquiera puede ganar.
SA nivel 1: Yo sé y el enemigo no. Se obtiene a partir del nivel 2, degradando la SA del enemigo. Este concepto está relacionado con tener “ases en la manga”, trucos que vuelvan las tornas contra los terroristas. En esencia, reaccionar más rápidamente que ellos a los acontecimientos para desbaratar su plan.
Esto lo veremos con detalle más adelante.
El segundo concepto, el giro OODA o Regla Boyd, por su inventor, describe un enfrentamiento como una serie de fases de acción-reacción entre los oponentes. Una pelea sería una serie de giros OODA competitivos, en los que cada uno trataría de colocarse en la mejor posición posible para atacar. OODA son las siglas de Observa, Orienta, Decide y Actúa.
En un enfrentamiento, cada contendiente va a seguir invariablemente estas 4 fases:
Observa: se observará a sí mismo, al oponente, al entorno (objetos que sirvan como arma, rutas de escape, lugares donde protegerse). Esto se hace con los 5 sentidos, es igual que detectemos un peligro viendo un arma, oyendo cómo se carga ese arma, oliendo el alcohol del aliento de quien tenemos delante, o sintiendo cómo nos golpean o nos cortan.
Orienta: el cerebro no puede recibir y procesar la información a la vez, por lo que ha de detener un instante la recogida de información para hacerse una imagen mental de lo que sucede.
Decide: una vez ha situado en sus posiciones a todos los elementos, el sujeto decide qué va a hacer respecto a esa situación.
Actúa: finalmente, el cerebro da una orden al cuerpo para que ejecute la acción que ha decidido hacer.
Como la acción modifica el entorno, el enemigo recibirá nueva información y realizará a su vez el ciclo completo, que se repetirá hasta que concluya el enfrentamiento.
La clave de esto es que si hemos decidido de antemano qué hacer en cada situación, iremos más rápido que el adversario en el ciclo, y le obligaremos a estar siempre a la defensiva, o a merced de nuestras acciones.
Anteriormente hice referencia a realizar la protección prescindiendo de la planificación. Lo que realmente debemos hacer es evitar las planificaciones rígidas y exhaustivas. Una de las leyes de Murphy para el combate dice que “ningún plan sobrevive al primer contacto con el enemigo”. Debemos saber cuáles son nuestras opciones, pero mantener la máxima flexibilidad.
Como ejemplo de todo esto analizaremos un caso práctico:
Imaginemos que escoltamos a un concejal en un pueblo de Navarra, de unos 3000 habitantes. Es un servicio doble en el que disponemos de un vehículo de empresa con inhibidor al que hemos acoplado una antena para aumentar la potencia. Esta antena la hemos colocado sobre el maletero. Nuestro VIP es médico en un ambulatorio y sale de su casa a las 08:00 horas todos los días. Aparca el coche en la calle y es conocido por los vecinos. El VIP acostumbra a desayunar en una cafetería cerca de su casa, o bien lo hace en otra cercana al hospital.
Imagen general del pueblo, en ella podemos apreciar la ausencia de tráfico y de personas a la hora de salida del V.I.P. Las calles son estrechas y con numerosas intersecciones, lo que imposibilita circular a gran velocidad. Muchas de ellas también serán de un solo sentido. La presencia de los escoltas realizando una contra vigilancia llamará muchísimo la atención. Por supuesto, existirán multitud de elementos hostiles y ausencia casi total de FCS.
La casa de la personalidad se encuentra en una zona céntrica del pueblo, dónde este suele estacionar el vehículo particular (Citroen Xsara Picasso negro). Evidentemente, éste se encuentra desprotegido durante la noche, siendo sencilla la instalación de una bomba lapa, incluso de que sufra algún tipo de sabotaje.
En el pueblo hay varios activistas que pasan información a ETA, incluso cerca de la casa del VIP vive una familia que tiene a un hijo preso, a los que hemos identificado por la bandera de Euskal Presoak que tienen en el balcón. Estos nos observan frecuentemente cuando salimos y volvemos.
Es prácticamente imposible el impedir que elementos hostiles nos observen, pero también es sencillo localizar los domicilios de los simpatizantes o familiares de etarras por los carteles de “Euskal Presoak” en los balcones. Localizando estos, será posible evitarlos en nuestros recorridos.
En general, el pueblo es muy conflictivo, con frecuentes concentraciones, sobre todo con motivo de actos políticos.
Los actos de acoso/ concentraciones son constantes en este tipo de poblaciones, obligando a buscar constantemente rutas alternativas para evitar confrontaciones. Identificar alternativas para entradas y salidas de domicilios, lugares de trabajo y centros oficiales es una labor básica del equipo de protección.
Realizando un servicio “típico”, los escoltas simplemente realizarían una contra vigilancia a partir de las 07:30 de la mañana, observando los bajos del coche del V.I.P., y bajo los asientos, así como los contenedores de basura, papeleras y demás coches estacionados en la zona. A las 08:00 horas más o menos saldría el V.I.P., montaría en el coche y se marcharían a la cafetería, donde uno de los escoltas entraría con él. Después, llegarían al trabajo donde entrarían 1 o los 2 con él hasta su consulta, dejando el coche estacionado en el parking del hospital. Tras el trabajo, le acompañarían hasta su casa, subiendo uno de los escoltas con él hasta el portal, y comprobando el correo del buzón.
Este servicio parece bien hecho, pero en realidad estamos en situación de SA4. Es imposible que podamos comprobar todos los coches de las calles por las que vamos a pasar en nuestro recorrido, y no podemos confiar en los inhibidores ya que no actúan en todas las frecuencias. Los terroristas conocen nuestros movimientos, ya que repetimos reiteradamente las rutinas, que son observadas por los elementos abertzales del pueblo, incluido el vecino, y posiblemente el barrendero, los tenderos de la calle, o las camareras del bar donde desayuna. Entramos al trabajo llamando la atención, por lo que en el hospital también saben que es un político “fascista”. Los escoltas de este servicio realizan un “acompañamiento”, basándose en la protección física que en realidad no existe. Cualquier día les pondrán un coche bomba o una lapa en el vehículo de escolta mientras está aparcado en el parking del hospital. Asimismo, se encuentran muy expuestos a un atentado con bomba lapa o coche bomba, o incluso ametrallamiento, cuando acuden a recoger o a dejar al protegido al pueblo.
El acceso al lugar de trabajo (Hospital Virgen del Camino de Pamplona), puede parecer paso obligado para acceder al centro. Si lo utilizamos, el personal laboral simpatizante de E.T.A. nos identificará fácilmente solo por ir acompañando al V.I.P.. Habremos de buscar accesos alternativos (entradas de personal, por cafeterías, por urgencias, por puertas de emergencia, etc, o bien, si nos encontramos en un servicio doble, utilizar solo a un escolta, y que el otro permanezca alejado para evitar su detección.
Respecto a esto, podríamos tomar las siguientes medidas:
-Recomendar al V.I.P. que salga entre una hora antes y una hora después, quizás incluso más, dependiendo de la disposición del V.I.P.. Esto anularía la labor de observación de los vecinos pro-etarras, ya que no les serviría de nada la información. En realidad, sería la medida más efectiva para evitar un atentado.
-Anular las contra vigilancias para evitar avisar a los malos cuando salimos. Simplemente avisaríamos al V.I.P. cuando estuviésemos cerca del pueblo para que estuviese preparado, entraríamos hasta su domicilio lo más rápidamente posible, y saldríamos de igual modo, variando las rutas según las opciones que nos ofreciera el lugar.
-Recomendar que el coche propio se estacione lejos de la casa, quizás escondido en las afueras del pueblo, para evitar que lo dañen o le coloquen una lapa. Hemos visto en la fotografía que el vehículo se encuentra a merced de los terroristas durante la noche. Ya que no disponemos de garaje, una opción es esconderlo o directamente llevárnoslo.
-Solicitar a la empresa el cambio frecuente del vehículo (modelo, color y matrícula). Esta es una de las medidas más eficaces.
-Localizar posibles rutas de salida y llegada de la casa, incluso a contra dirección o por tramos peatonales, aunque tengamos que caminar un tramo a pié.
-Localizar varias cafeterías alternativas para desayunar, y combinarlas aleatoriamente.
-Asimismo, localizar diversas rutas de llegada al hospital, incluyendo en el vehículo, a pié, por entradas de servicio, por la cafetería, por urgencias, etc.
En el caso concreto que estamos estudiando, existe un acceso al hospital a través de la cafetería, que podemos aprovechar para acceder o salir del edificio.
-Estacionar el vehículo lejos del hospital, no es necesario que entre con los dos escoltas. De hecho, uno de ellos puede permanecer custodiando el vehículo para evitar la colocación de una bomba lapa, o bien estacionarlo en lugares seleccionados de forma aleatoria y posteriormente, entrar en el hospital haciéndose pasar por un paciente.
-El escolta puede entrar antes y sentarse en la sala de espera de la consulta, para echar un vistazo a la zona antes de que llegue el V.I.P., y permanecer allí, turnándose con el compañero para controlar la situación.
Durante las horas de consulta, trataremos de pasar desapercibidos mezclándonos con los pacientes. Cada cierto tiempo, cambiaremos de posición para no llamar la atención del personal sanitario. Si existen varias filas de sillas, nos colocaremos de modo que tengamos la pared a nuestra espalda, y siempre en un punto en el que controlemos el acceso a la sala y la puerta de la consulta donde trabaja el V.I.P.
-A la hora del café, uno de los escoltas se sienta en la cafetería como si fuera un comensal más. El lugar donde se siente lo elegirá teniendo en cuenta su autoprotección (no dar la espalda a la puerta, no sentarse cerca de cristaleras, tener la espalda contra la pared o algún elemento protector), la capacidad de observar/ controlar la mayor parte del local, la cercanía de las rutas de evacuación o de un posible habitáculo de seguridad, y la capacidad de observar al V.I.P y poder intervenir rápidamente si es necesario. Dentro del hospital la protección se hace a gran distancia, sin perder de vista al V.I.P. pero sin que se note que lleva escolta. En hora punta, es sencillo hacerse pasar por paciente.
-A la salida, uno de los escoltas va a por el coche y lo tiene preparado. La salida también se hace de forma que pasemos lo más desapercibidos posible y variando al máximo las posibilidades que tengamos: se puede salir incluso andando por un parking. Dadas las grandes posibilidades de observación desde el hospital, procuraremos hacer el embarque lejos del mismo, de modo que personal médico hostil, o incluso enfermos o sus familiares, puedan obtener información acerca de nuestro vehículo, identidad de los escoltas, etc.
Con estas sencillas medidas, si bien no podemos evitar que nos observen, los terroristas no podrán establecer un patrón para saber cuándo y dónde atacarnos. La mayoría de las veces ni nos verán salir o entrar. El resultado es que se buscarán otro blanco más fácil y nosotros realizaremos nuestra protección sin problemas. Estaremos en un nivel de SA 3.
Como ejemplo del uso del giro OODA, tendríamos un servicio en el que no es posible aplicar las tácticas de engaño como quisiéramos, por ejemplo por ser un V.I.P. de primera clase muy visible. El mismo caso sería el de un empresario que padece una huelga en su empresa. Aquí habríamos de administrar cuidadosamente los medios disponibles, aplicándolos según se desarrollaran los acontecimientos:
-Ocultar la existencia de un escolta o de los dos hasta que se produzcan ciertos sucesos, como las primeras amenazas o intentos de agresión.
-Utilizar vehículos de escolta a partir del momento en que los piquetes traten de impedir el acceso a la factoría.
-Introducir medidas de seguridad según los actos sean más violentos.
El efecto buscado es que frustraremos los planes de los huelguistas en el momento en que los apliquen, haciendo inútiles sus esfuerzos y “quemándolos” progresivamente. En definitiva nos saltaremos el proceso de decisión y actuaremos directamente, obligando al enemigo a reaccionar a nuestras acciones cada vez más deprisa, frustrando sus esfuerzos.
En el capítulo correspondiente, se estudia con detalle este tipo de servicios.