El emplazamiento de nuestros disparos
Publicado: 23 Jul 2007 16:51
Actualmente, la sociedad impone una especie de tabú al hablar de la vida humana, por lo que, generalmente, nuestros blancos de entrenamiento son abstractos y carecen de los detalles suficientes como para entender dónde o por qué estamos emplazando un disparo.
Es muy difícil, por no decir imposible, encontrar blancos de entrenamiento en los que vengan reflejados el cerebro, la espina dorsal, los riñones, las arterias, a pesar de que, verdaderamente, esos son nuestros verdaderos objetivos, no la simple silueta negra que no refleja nada.
El concepto del emplazamiento del disparo tiene gran importancia desde el momento en el que queremos que nuestro objetivo quede incapacitado de forma instantánea, rápidamente, o que queramos lo contrario.
Un Tirador Tactico (del tipo que sea) necesita aprender la exacta localización de esos puntos de impacto, de tal manera que pueda emplazar su disparo correctamente, especialmente en los casos de secuestros o simplemente de personal hostil reteniendo a personas inocentes. De igual modo, se debe saber dónde emplazar el disparo en un sujeto que está parcialmente oculto o protegido por un chaleco antibala o saber esperar a una mejor exposición del blanco -.
Estos conocimientos son especialmente importantes para Tiradores de Unidades de Elite, aunque nunca está de más su conocimiento por parte de los Tiradores en general, que se pueden enfrentar a cualquier situación en cualquier momento.
¿Cómo es de instantánea la incapacitación "instantánea"?
Casi cualquier impacto de fusil y pistola que penetre en la cavidad craneal matará, pero la cuestión es con qué rapidez. Estamos hablando de cavidad craneal, no de la cabeza en general. Esto es porque cerca de 2/3 de la cabeza consisten en tejidos y huesos que, a no ser que se produzca una herida demasiado seria (metralla, etc.) no se producirá necesariamente una incapacitación instantánea. Pero los proyectiles que alcanzan la cavidad craneal, generalmente llevan a resultados críticos.
El tejido del cerebro es relativamente maleable y líquido, o sea, un medio ideal para transmitir la cavidad temporal. Como el cráneo es un compartimento sellado, es la única parte del cuerpo humano que puede "explosionar" violentamente como si fuese un Tetra-Brick de leche cuando se pisa con fuerza. Esta es una observación gris, pero verdadera.
Los disparos precisos, como los disparos a la cabeza, requieren puntos de referencia muy claros para conseguir los efectos más efectivos y rápidos posible, más rápidos que la llamada "incapacitación rápida" que aquí distinguiremos de la "incapacitación instantánea". Pero, ¿qué rapidez tiene esa incapacitación instantánea?.
Esta incapacitación es más rápida que la presteza con la que el cerebro del objetivo pueda decidir disparar y mandar el impulso nervioso a su dedo índice. Nuestro proyectil va a ser el elemento que "interfiera" esa señal cortando el camino de ese sistema nervioso. Podemos, incluso, computar lo rápido que esto ocurre.
Un proyectil de 7,62 x 51 tarda, aproximadamente 0,12 segundos para recorrer una distancia de 100 m. hasta un objetivo, añadiéndole 0,0000516 segundos (media millonésima de segundo ) para atravesar el centímetro que hay desde la piel hasta la columna vertebral del blanco. Debemos contrastar esto con los 10 ó 15 segundos en los que un objetivo puede mantener la consciencia después de haber recibido un impacto en el corazón.
Un disparo efectivo contra el sistema nervioso central (SNC) requiere un impacto en la espina dorsal, sobre la cruz de los hombros, a través del "tallo del cerebro", o en el sistema motor nervioso, situado a los lados de la cabeza.
El sistema motor nervioso lo encontraremos aproximadamente a un centímetro por encima de las orejas, justo debajo de la nariz y en el cuello. El disparo de frente puede causar problemas debido a que los dientes y los diferentes huesos pueden hacer que el proyectil no llegue al punto deseado.
Es muy difícil, por no decir imposible, encontrar blancos de entrenamiento en los que vengan reflejados el cerebro, la espina dorsal, los riñones, las arterias, a pesar de que, verdaderamente, esos son nuestros verdaderos objetivos, no la simple silueta negra que no refleja nada.
El concepto del emplazamiento del disparo tiene gran importancia desde el momento en el que queremos que nuestro objetivo quede incapacitado de forma instantánea, rápidamente, o que queramos lo contrario.
Un Tirador Tactico (del tipo que sea) necesita aprender la exacta localización de esos puntos de impacto, de tal manera que pueda emplazar su disparo correctamente, especialmente en los casos de secuestros o simplemente de personal hostil reteniendo a personas inocentes. De igual modo, se debe saber dónde emplazar el disparo en un sujeto que está parcialmente oculto o protegido por un chaleco antibala o saber esperar a una mejor exposición del blanco -.
Estos conocimientos son especialmente importantes para Tiradores de Unidades de Elite, aunque nunca está de más su conocimiento por parte de los Tiradores en general, que se pueden enfrentar a cualquier situación en cualquier momento.
¿Cómo es de instantánea la incapacitación "instantánea"?
Casi cualquier impacto de fusil y pistola que penetre en la cavidad craneal matará, pero la cuestión es con qué rapidez. Estamos hablando de cavidad craneal, no de la cabeza en general. Esto es porque cerca de 2/3 de la cabeza consisten en tejidos y huesos que, a no ser que se produzca una herida demasiado seria (metralla, etc.) no se producirá necesariamente una incapacitación instantánea. Pero los proyectiles que alcanzan la cavidad craneal, generalmente llevan a resultados críticos.
El tejido del cerebro es relativamente maleable y líquido, o sea, un medio ideal para transmitir la cavidad temporal. Como el cráneo es un compartimento sellado, es la única parte del cuerpo humano que puede "explosionar" violentamente como si fuese un Tetra-Brick de leche cuando se pisa con fuerza. Esta es una observación gris, pero verdadera.
Los disparos precisos, como los disparos a la cabeza, requieren puntos de referencia muy claros para conseguir los efectos más efectivos y rápidos posible, más rápidos que la llamada "incapacitación rápida" que aquí distinguiremos de la "incapacitación instantánea". Pero, ¿qué rapidez tiene esa incapacitación instantánea?.
Esta incapacitación es más rápida que la presteza con la que el cerebro del objetivo pueda decidir disparar y mandar el impulso nervioso a su dedo índice. Nuestro proyectil va a ser el elemento que "interfiera" esa señal cortando el camino de ese sistema nervioso. Podemos, incluso, computar lo rápido que esto ocurre.
Un proyectil de 7,62 x 51 tarda, aproximadamente 0,12 segundos para recorrer una distancia de 100 m. hasta un objetivo, añadiéndole 0,0000516 segundos (media millonésima de segundo ) para atravesar el centímetro que hay desde la piel hasta la columna vertebral del blanco. Debemos contrastar esto con los 10 ó 15 segundos en los que un objetivo puede mantener la consciencia después de haber recibido un impacto en el corazón.
Un disparo efectivo contra el sistema nervioso central (SNC) requiere un impacto en la espina dorsal, sobre la cruz de los hombros, a través del "tallo del cerebro", o en el sistema motor nervioso, situado a los lados de la cabeza.
El sistema motor nervioso lo encontraremos aproximadamente a un centímetro por encima de las orejas, justo debajo de la nariz y en el cuello. El disparo de frente puede causar problemas debido a que los dientes y los diferentes huesos pueden hacer que el proyectil no llegue al punto deseado.