Hola! Mucho tiempo el mío sin pasar por esta casa...
Yo tengo armas de pistón y de piedra y.... casi mejor te pongo un ejemplo. Se me ocurren muchos, pero este servirá:
Imagina que no has esquiado nunca, y te apetece aprender. Y como quieres disfrutar de lo atractivo de este deporte, eliges, para comenzar, una preciosa pista alpina de gran pendiente, de preciosa nieve sin pisar y llena de inmensos abetos que surgen del blanco suelo. Nadie alrededor y sólo el frío, el viento entre los árboles y alguna ardilla asomando entre los abetos. ¿Idílico, no?
Pues te garantizo que antes de llegar abajo, te habrás caido tres docenas de veces, te habrás pegado de frente con unos cuantos árboles, habrás maldecido la nieve virgen que se clava hasta tus rodillas y el silencio y la ausencia de otros esquiadores a los que ahora querrías pedir ayuda se te antojará de lo más inconveniente.
Al cabo de unas dos horas de bajada (que deberían haber sido 5 minutos), habrás hecho tu primera y última bajada, estarás desmoralizado y habrás abandonado el deporte blanco para siempre...
Pues eso es lo que corres el riesgo de experimentar si decides empezar por la parte complicada.
Yo también prefiero la chispa. Me parece la más evocadora, técnica y difícil, pero muy complicada para iniciarse. Como nuestra preciosa pista entre árboles.
Para hacerlo bien, será preferible empezar en una pista sencilla, despejada de árboles y abarrotada de otros novatos como tú, carente de interés (o al menos con menos interés), pero en la que podremos progresar con seguridad y sin desesperarnos, cogerle el gusto y continuar.
Y en cuanto la tengamos dominada, volveremos a asomarnos a aquella que nos motivó por vez primera, con su paz, su belleza...y su mayor dificultad.
¿Entendido?
