La batalla del Portazgo
Publicado: 26 Sep 2010 09:21
En el marco del Segundo Centenario de la Constitución “La Pepa”, ayer se recreó la batalla del Portazgo, y no perdí la ocasión de ir a verla.
Vinieron recreadores de Jaen, Madrid, Málaga, Badajoz,…y hasta se armaron un par de cañoneras artilladas. El escenario real, tal como debió de ser en el pasado, pues al tratarse de una reserva natural, las salinas y esteros y los caños de la marisma no han sido alterados por el paso de los años, y los dos fuertes de defensa, San Pedro y San Ignacio han sido restaurados.
La organización municipal buena, aunque escasa, pues la asistencia de público desbordó las previsiones y las dos amplias tribunas quedaron insuficientes dando lugar a mas de una “guerra” entre los que habían llegado antes y los “tardones” que se colocaban delante sin respetar a los que habían ocupado su lugar con tiempo. En eso del respeto a los demás tampoco parece que hayamos cambiado mucho.
La artillería francesa desde los altos del camino real a Chiclana inició su bombardeo tras la negativa de los defensores a rendirse, y el ejército Imperial inició su avance por tierra para flanquear los fuertes españoles. Desde estos se respondió con artillería y fusilaría y se recrearon muy bien la toma de San Pedro, las sucesivas intentonas de recuperarlo y hasta los asaltos cuerpo a cuerpo.
Yo había “conquistado” un buen sitio en los restos de la antigua muralla, donde trepé como mejor pude. Al cabo otros hicieron lo mismo y me taparon la parte de la batalla que se desarrollaba en San Ignacio (junto al caño de Sancti Petri). Gajes del oficio, me dije, tienen el mismo derecho, así que de ese lado no puedo juzgar mucho, que debió de ser muy interesante y bonito de ver. Lo que me impidió ver hasta el final fueron dos niños, hijos de estos matrimonios modernos (y perdón al que le toque) que renunciaron hace mucho a educarlos. Joder, cuando me harté de recibir patadas (estaban sentados en el contramuro y no paraban de agitar las piernas), de que me tirasen de las menos el casco0 de la moto, y de que con sus voces nublaran el ruido de los cañones, salte al suelo y regresé a buscar mi moto para regresar a casa.
En el camino me crucé con un soldado sujetándose una mano ensangrentada con la otra, escoltado por dos policías locales en dirección a la ambulancia. Detrás iba su novia, de cantinera, con el fusil tipo tercerola, que llevaba la llave medio levantada preuba de que algo habia ido mal.
Espero que todo haya quedado en un susto. En cualquier caso, que esto nos sirva de lección, tratamos con armas y jamas debemos descuidarnos ni bajar la guardia.
Bueno, pues felicito a los recreadores. Muy buen trabajo.
Vinieron recreadores de Jaen, Madrid, Málaga, Badajoz,…y hasta se armaron un par de cañoneras artilladas. El escenario real, tal como debió de ser en el pasado, pues al tratarse de una reserva natural, las salinas y esteros y los caños de la marisma no han sido alterados por el paso de los años, y los dos fuertes de defensa, San Pedro y San Ignacio han sido restaurados.
La organización municipal buena, aunque escasa, pues la asistencia de público desbordó las previsiones y las dos amplias tribunas quedaron insuficientes dando lugar a mas de una “guerra” entre los que habían llegado antes y los “tardones” que se colocaban delante sin respetar a los que habían ocupado su lugar con tiempo. En eso del respeto a los demás tampoco parece que hayamos cambiado mucho.
La artillería francesa desde los altos del camino real a Chiclana inició su bombardeo tras la negativa de los defensores a rendirse, y el ejército Imperial inició su avance por tierra para flanquear los fuertes españoles. Desde estos se respondió con artillería y fusilaría y se recrearon muy bien la toma de San Pedro, las sucesivas intentonas de recuperarlo y hasta los asaltos cuerpo a cuerpo.
Yo había “conquistado” un buen sitio en los restos de la antigua muralla, donde trepé como mejor pude. Al cabo otros hicieron lo mismo y me taparon la parte de la batalla que se desarrollaba en San Ignacio (junto al caño de Sancti Petri). Gajes del oficio, me dije, tienen el mismo derecho, así que de ese lado no puedo juzgar mucho, que debió de ser muy interesante y bonito de ver. Lo que me impidió ver hasta el final fueron dos niños, hijos de estos matrimonios modernos (y perdón al que le toque) que renunciaron hace mucho a educarlos. Joder, cuando me harté de recibir patadas (estaban sentados en el contramuro y no paraban de agitar las piernas), de que me tirasen de las menos el casco0 de la moto, y de que con sus voces nublaran el ruido de los cañones, salte al suelo y regresé a buscar mi moto para regresar a casa.
En el camino me crucé con un soldado sujetándose una mano ensangrentada con la otra, escoltado por dos policías locales en dirección a la ambulancia. Detrás iba su novia, de cantinera, con el fusil tipo tercerola, que llevaba la llave medio levantada preuba de que algo habia ido mal.
Espero que todo haya quedado en un susto. En cualquier caso, que esto nos sirva de lección, tratamos con armas y jamas debemos descuidarnos ni bajar la guardia.
Bueno, pues felicito a los recreadores. Muy buen trabajo.