UN VIEJO COLT
Publicado: 29 May 2010 09:07
En otro hilo, hace tiempo, os conté como había tirado la toalla con los “seistiros”, porque era incapaz de meter todos los proyectiles en el negro. Probé con tres Remington distintos, Uberti, Santa y Pietta, distintas cargas, proyectiles, relaciones carga/sémola… nada. A veces conseguía controlar un par de disparos, pero los demás trazaban un hermoso colador en el cartón. Lo mejor que logré es hacer un reloj con las horas un poco desajustadas. Resultado: adiós a los revólveres.
Ayer fui a tirar con mi Le Page (aun no he recibido las bolas .410 de la Galand) y al cerrar mi armero vi mi viejo Colt del 36, que llevaba mas de treinta años de adorno. Como, pese a ello, pasa sus correspondientes “revistas y limpieza”, algo me dijo que lo sacara a pasear. Tardé cinco minutos en coger unos tubos con 15 gr de 3F, unas cuantas bolas y un botecito de grasa y me los llevé al campo de tiro.
Comencé con la pistola, el dia estaba muy bueno, el vendaval de levante que tuvimos la semana anterior había cedido y un poniente flojo refrescaba el ambiente. A las cinco de la tarde la luz era buena, pese a que las excesivas medidas de seguridad obligan a poner tantos “parabalas” que hasta en el sur de Andalucía, en primavera, la galería resulta oscura en cuanto cae la tarde.
Disparé quince tiros con la pistola que resultaron muy satisfactorios (si repitiera eso en competición sacaba podio), por lo que di por concluida la sesión. Me disponía a un ratito de charla con los compañeros cuando recordé que estaba alli el Navy. ¿por qué no? Vamos a probar. Cargué los seis alvéolos (es como montar en bici, no se olvida), apreté los pistones, apunté al centro (no me acordaba donde estaba centrado el punto) y… suavemente dejé salir el disparo: un ocho centrado. Oño! Al siguiente disparo dejé asomar un poco mas el punto y pum!, diez centrado. No me lo podía creer. Cuatro disparos mas, dos dieces mas, un nueve … y un cuatro (la emoción, ya se sabe).
Volví a cargar mi colt y los siguientes seis disparos no fueron tan buenos, pero estaban todos bien agrupados sin salir del 8. Ya no tiré mas. Tenía el brazo cansado y… no iba a mejorar aquello. Lo importante es que mi viejo Colt me ha dado una esperanza.
Probaré otro dia, creo que reduciré un poco la carga, porque deshace los pistones. O haré caso a lo que nuestro Pater hace y rodearé los mismos con una cinta plástica (estoy pensando en utilizar tubo térmico, que es barato y se aprieta aplicando un secador.
Bueno, tengo una semana para pensar y manipular, pero mientras tanto os lo cuento, que es como volver a vivir el lance.
Ahí va el ladrillo.
Ayer fui a tirar con mi Le Page (aun no he recibido las bolas .410 de la Galand) y al cerrar mi armero vi mi viejo Colt del 36, que llevaba mas de treinta años de adorno. Como, pese a ello, pasa sus correspondientes “revistas y limpieza”, algo me dijo que lo sacara a pasear. Tardé cinco minutos en coger unos tubos con 15 gr de 3F, unas cuantas bolas y un botecito de grasa y me los llevé al campo de tiro.
Comencé con la pistola, el dia estaba muy bueno, el vendaval de levante que tuvimos la semana anterior había cedido y un poniente flojo refrescaba el ambiente. A las cinco de la tarde la luz era buena, pese a que las excesivas medidas de seguridad obligan a poner tantos “parabalas” que hasta en el sur de Andalucía, en primavera, la galería resulta oscura en cuanto cae la tarde.
Disparé quince tiros con la pistola que resultaron muy satisfactorios (si repitiera eso en competición sacaba podio), por lo que di por concluida la sesión. Me disponía a un ratito de charla con los compañeros cuando recordé que estaba alli el Navy. ¿por qué no? Vamos a probar. Cargué los seis alvéolos (es como montar en bici, no se olvida), apreté los pistones, apunté al centro (no me acordaba donde estaba centrado el punto) y… suavemente dejé salir el disparo: un ocho centrado. Oño! Al siguiente disparo dejé asomar un poco mas el punto y pum!, diez centrado. No me lo podía creer. Cuatro disparos mas, dos dieces mas, un nueve … y un cuatro (la emoción, ya se sabe).
Volví a cargar mi colt y los siguientes seis disparos no fueron tan buenos, pero estaban todos bien agrupados sin salir del 8. Ya no tiré mas. Tenía el brazo cansado y… no iba a mejorar aquello. Lo importante es que mi viejo Colt me ha dado una esperanza.
Probaré otro dia, creo que reduciré un poco la carga, porque deshace los pistones. O haré caso a lo que nuestro Pater hace y rodearé los mismos con una cinta plástica (estoy pensando en utilizar tubo térmico, que es barato y se aprieta aplicando un secador.
Bueno, tengo una semana para pensar y manipular, pero mientras tanto os lo cuento, que es como volver a vivir el lance.
Ahí va el ladrillo.