A Dios pongo por testigo que será domado.
Publicado: 21 Jul 2009 22:13
Buenas noches
Como estoy hasta las orejas de que el puñetero Remington SB que uso habitualmente no haga más que tomarme el pelo esta mañana lo he puesto encima de una gamuza amarilla de los chinos y me lo he quedado mirando.
No hay manera de ponerlo a tiro cuando otros con Piettas de andar por casa hacen unas agrupaciones de puta madre.
Después de estar mirándolo durante unos 20 minutos y repasando su funcionamiento interno mentalmente he decidido meterle mano.
Primero le he hecho un punto de mira nuevo a base de barrita arreglatodo Pattex. En un principio moldeado a mano y ya en el club con los limatones y la dremel lo iremos dejando a tiro y bonito.
He intentado primero hacérselo poniéndole encima un casquillo del .22lr pero, no ha funcionado ya que al intentar repavonarlo el Nural se quema.
He intentado hacer una soldadura con estaño pero, no coge.
Así que a la mierda las complicaciones y a tirar de la barrita que nunca me ha fallado.
Una vez solventado el tema del punto de mira me he puesto con el gatillo.
La dremel es el mejor amigo del avancarguero (después de los chinos). Primero (craso error) he intentado hacer lo de la chapita en el martillo. Por aquello de no modificar de forma permanente el arma. ¡Y una mierda!. Hasta los huevo he acabado de la chapita. Que si la doblo aquí, que si se pega de allí se sale de aquí. Que ahora que está pegada, a ver como despego los dedos del martillo. Que ya me he librado del martillo y la chapita se ha ido de fiesta con el tornillo de las cachas. ¡A la mierda con la chapita!.
Ya un poco harto de tan infructuoso trabajo y pérdida de tiempo meto el martillo en el tornillo de banco y con una risotada de malo de película de serie b me acerco y ñasca ñasca zis zas prirrrrrriiiiuuuuuuu ñiiiiiieck ñiiiiiieck friuuuuuuuu (con esto quiero resumir todos los infinitos retoques a base de dremel en el martillo hasta que he conseguido..........................que el gatillo no fuera capaz de retenerlo y pasara automáticamente a la posición de seguridad).
Cada vez que creia que ya estaba toca vover a montar el arma y si no es satisfactorio el resultado vuelve a desmontarla y otra vez al banco de trabajo.
Bien, pues ahí estaba yo con un Santa Bárbara echado a perder. Pero, a cabezón no hay quien me gane.
Trinco el gatillo y lo dejo cual hoja de afeitar (tendría que haber empezado por ahí pero, ya se sabe que de los errores se aprende). Pero, seguía sin poder retener el martillo en la posición de tiro.
Trinco ahora el martillo y después de estudiarlo bien me doy cuenta de que no todo está perdido. El error ha sido haber cambiado el ángulo de la curva delante de la muesca de tiro. Pillo la dremel y una mola “grande
Como estoy hasta las orejas de que el puñetero Remington SB que uso habitualmente no haga más que tomarme el pelo esta mañana lo he puesto encima de una gamuza amarilla de los chinos y me lo he quedado mirando.
No hay manera de ponerlo a tiro cuando otros con Piettas de andar por casa hacen unas agrupaciones de puta madre.
Después de estar mirándolo durante unos 20 minutos y repasando su funcionamiento interno mentalmente he decidido meterle mano.
Primero le he hecho un punto de mira nuevo a base de barrita arreglatodo Pattex. En un principio moldeado a mano y ya en el club con los limatones y la dremel lo iremos dejando a tiro y bonito.
He intentado primero hacérselo poniéndole encima un casquillo del .22lr pero, no ha funcionado ya que al intentar repavonarlo el Nural se quema.
He intentado hacer una soldadura con estaño pero, no coge.
Así que a la mierda las complicaciones y a tirar de la barrita que nunca me ha fallado.
Una vez solventado el tema del punto de mira me he puesto con el gatillo.
La dremel es el mejor amigo del avancarguero (después de los chinos). Primero (craso error) he intentado hacer lo de la chapita en el martillo. Por aquello de no modificar de forma permanente el arma. ¡Y una mierda!. Hasta los huevo he acabado de la chapita. Que si la doblo aquí, que si se pega de allí se sale de aquí. Que ahora que está pegada, a ver como despego los dedos del martillo. Que ya me he librado del martillo y la chapita se ha ido de fiesta con el tornillo de las cachas. ¡A la mierda con la chapita!.
Ya un poco harto de tan infructuoso trabajo y pérdida de tiempo meto el martillo en el tornillo de banco y con una risotada de malo de película de serie b me acerco y ñasca ñasca zis zas prirrrrrriiiiuuuuuuu ñiiiiiieck ñiiiiiieck friuuuuuuuu (con esto quiero resumir todos los infinitos retoques a base de dremel en el martillo hasta que he conseguido..........................que el gatillo no fuera capaz de retenerlo y pasara automáticamente a la posición de seguridad).
Cada vez que creia que ya estaba toca vover a montar el arma y si no es satisfactorio el resultado vuelve a desmontarla y otra vez al banco de trabajo.
Bien, pues ahí estaba yo con un Santa Bárbara echado a perder. Pero, a cabezón no hay quien me gane.
Trinco el gatillo y lo dejo cual hoja de afeitar (tendría que haber empezado por ahí pero, ya se sabe que de los errores se aprende). Pero, seguía sin poder retener el martillo en la posición de tiro.
Trinco ahora el martillo y después de estudiarlo bien me doy cuenta de que no todo está perdido. El error ha sido haber cambiado el ángulo de la curva delante de la muesca de tiro. Pillo la dremel y una mola “grande