Bueno, algunos se me echarán al cuello con lo que voy a decir, pero es mi experiencia.
Yo toda la vida he afilado con una piedra de las antiguas de ferretería, esas de grano medio a grueso (por decir algo, la verdad es que nadie te decía el dato del abrasivo...), de forma oval. Sabemos de las que hablamos. La piedra al menos 15 minutos en agua antes de empezar a afilar.
Lo hacía al aire, es decir, con la navaja o cuchillo en una mano y pasando la piedra con la otra, tratando de mantener el ángulo a unos 20 grados, muy más o menos, y tratando también de no salirme del bisel para no marcar la hoja. De la base hacia la punta. Con calma, remojando la piedra cada varias pasadas. Y la verdad, me iba bien.
Pero entonces empecé a leer tutoriales de como afilan los japoneses su cuchillos, con varias piedras, cientos de pasadas, en un soporte, etc. y me entraron los sudores. ¿Qué estaba haciendo yo? El caso es que me agencié una piedra plana con soporte, de doble cara, de grano medio y fino, y venga a afilar como en los tutoriales, o casi. Y aquello que no avanzaba, y para sacar un filo como los míos, quizá no el más regular del mundo pero que corta y dura, me echaba una tarde por cuchillo. Sin exagerar.
Y entonces visité Taramundi, en Asturias, y más en concreto un pequeño museo-tienda que han montado unos cuchilleros de allí. Muy interesante, y que finalizaba con una muestra de cómo se fabricaban sus navajas a la manera tradicional y la manera de afilarlas. Y.. tate! Veo que lo hacen exactamente como yo lo hacía antiguamente.

Tal cual.
Así que he vuelto a lo mío. Los cuchillos y navajas que afilo son herramientas. Agradables, que admiro por su fabricación, pero herramientas. Aparte tengo armas blancas antiguas, de colección, que lógicamente ni afilo ni afilaré, pues no pienso cortar con ellas. De modo que respeto a los japoneses y lo que hacen, pero creo que no es el modo español tradicional de hacer las cosas...
Saludos.