Steyr escribió:Los españoles nos hemos acostumbrado tanto en los últimos años a tragar tanto y a doblar tanto el lomo sin chistar: - "¡Sí bwana! ¡Sí masa!"-, que hemos interiorizado hasta la náusea, como si de un fenómeno natural se tratase, toda suerte de privaciones, prohibiciones (excepto las de la entrepierna, que a eso se ha reducido nuestro paupárrimo y manifiestamente mejorable concepto de la democracia) e inhibiciones, hasta lo rayano en lo ridículo. Incluida la prohibición de cazar con el jodido .22. Y no, no tengo ningún rifle del calibre .22.
De manera que cualquier atisbo de liberalizar algo, aunque con diez mil y una trabas, hasta nos causa gran angustia y ansiedad. Como si fuésemos a cometer un crimen de Lesa Humanidad a sabiendas.
¿Pero por qué no nos concedemos a nosotros mismos siquiera el beneficio de la duda? ¿Por qué no vamos a cazar con el .22 si se hace en un montón de países bastante más civilizados y democráticos que nosotros, que hemos llegado los últimos a un estado democrático irrisorio y andamos dando lecciones y concediendo patentes de Democracia a toda la Galaxia?.
Si alguien hace uso indebido del .22, como de una navaja o un cuchillo, pues que lo detengan y apechugue con las sanciones correspondientes y ya está. Los demás no tienen por qué pechar con supuestos o hipotéticos delitos que puedan cometerse.
A mí es que me gustan los cartuchos más animosos, pero eso no significa que no vea bien que, con las precauciones que haya que observar, alguno lo utilice para cazar.
No es para ir al salto, en cuadrilla, o por lo menos así lo veo yo, pero sí para esperar tranquilamente sobre un montículo piezas pequeñas (conejos, por ejemplo) o disparar a zorros, cornejas o urracas cuando se permita. Es útil, barato y evita incluso el empleo de otros procedimientos para quitar alimañas que, aunque permitidos, considero más estresantes para los animales atrapados.
Saludos
Asi es.
