Arturo Pérez-Reverte: "Es la guerra santa, idiotas"
Publicado: 19 Ago 2017 17:38
Yo soy un mero anonimo desconocido y si lo digo yo me tildarán de loco... aunque es lo que pienso al igual que Reverte.
Solo espero que hagan un poco de caso a Perez Reverte, él es conocido, famoso y un hombre cabal.
Aqui el enlace a "patente de corso" de periodista digital
http://www.periodistadigital.com/opinion/columnistas/2017/08/18/es-la-guerra-santa-idiotas.shtml
Es digno de lectura.
Un fragmento:
Solo espero que hagan un poco de caso a Perez Reverte, él es conocido, famoso y un hombre cabal.
Arturo Pérez-Reverte: "Es la guerra santa, idiotas"
"Y la estamos perdiendo por nuestra estupidez. Sonriendo al enemigo"
Aqui el enlace a "patente de corso" de periodista digital
http://www.periodistadigital.com/opinion/columnistas/2017/08/18/es-la-guerra-santa-idiotas.shtml
Es digno de lectura.
Un fragmento:
Porque es la Yihad, idiotas. Es la guerra santa. Lo sabe mi amigo en Melilla, lo sé yo en mi pequeña parcela de experiencia personal, lo sabe el que haya estado allí (Masacre en Barcelona: tras la miseria de Garzón, el vómito de la CUP, la sorna de Otegi y el cinismo de Podemos).
Lo sabe quien haya leído Historia, o sea capaz de encarar los periódicos y la tele con lucidez. Lo sabe quien busque en Internet los miles de vídeos y fotografías de ejecuciones, de cabezas cortadas, de críos mostrando sonrientes a los degollados por sus padres, de mujeres y niños violados por infieles al Islam, de adúlteras lapidadas -cómo callan en eso las ultrafeministas, tan sensibles para otras chorradas-, de criminales cortando cuellos en vivo mientras gritan «Alá Ajbar» y docenas de espectadores lo graban con sus putos teléfonos móviles.
Lo sabe quien lea las pancartas que un niño musulmán -no en Iraq, sino en Australia- exhibe con el texto: «Degollad a quien insulte al Profeta».
Lo sabe quien vea la pancarta exhibida por un joven estudiante musulmán -no en Damasco, sino en Londres- donde advierte: «Usaremos vuestra democracia para destruir vuestra democracia».
A Occidente, a Europa, le costó siglos de sufrimiento alcanzar la libertad de la que hoy goza. Poder ser adúltera sin que te lapiden, o blasfemar sin que te quemen o que te cuelguen de una grúa. Ponerte falda corta sin que te llamen puta.