Que tal.
Voy a contar mi caso particular, refiriéndome a la modalidad de pistola aire, precisión pura y dura. Para mí incluso más dura que la de pistola libre, aunque se hagan más puntos, ya que en aire te fuerzas a que cada tiro sea un 10. Haciendo solamente 9´s altos rozando el 10, por buenos que sean, en competición no te comes una rosca. En cambio un 9 en libre es un tiro cojonudo.
Hace tiempo, a poco de comenzar a tomarme un poco en serio el tiro, por circunstancias tuve una época en la que podía dedicarle bastante tiempo al entrenamiento (unos cuatro días a la semana). Entre esto y el cojerlo con ganas, mis puntuaciones en entrenamiento fueron subiendo rápidamente. Cuando empezé, tirando con una Gamo Compact, hacía sobre los 480 puntos. Poco después llegaba a los 500, a los 520 (no se porqué estuve una temporada estancado en los 520-530 puntos). Las puntuaciones entrenando siguieron subiendo, hasta llegar a hacer habitualmente con la Compact los 550-560 puntos (en un par de ocasiones llegué a hacer 573 puntos). En casa hacía muchísimo tiro en seco (mi máquina de discutir estaba hasta las narices de que me pasara en rato en el sofá viendo la tele con la pistola en la mano haciendo tiro en seco con la pantalla de fondo). Aconsejado por un entrenador de carabina que me vió tirar con la Gamo compre de 2º mano una PCP, con la que mejoré aún algo más las puntuaciones. Ahora llega cuando la matan. Yo estaba acostumbrado a tirar casi siempre solo en la galería, por las mañanas. Con tapones, cascos, tapaojos, eligiendo el puesto de tiro (no me gustaba tirar en los que tienen una columna al lado), etc., todo ideal para estar superconcentrado. Apuntando los tiros, haciendo medias, etc. Igual estaba en medio de una serie buenísima, metiendo dieces a tutiplen, cuando llegaba algún otro tirador. A tomar por saco la concentración, ya estaba más pendiente de lo que hacía el otro que de lo que hacía yo. Me molestaba que me miraran (o que pudieran estar haciéndolo). O que hablaran si eran más de uno. Disparos al 8, al 7,... Cuando empecé a competir, antes de empezar a tirar siempre estaba atacadísimo. Las manos sudando a tope, las pulsaciones elevadísmas,... En una ocasión me puse antes de la tirada un pulsómetro y estando de pie parado justo antes de empezar a tirar estaba a 145 ppm. En los tiros de prueba no daba pie con bola, tiraba 20 o 30 antes de que me bajaran algo las pulsaciones para poder empezar a competir. Cuando por fin empezaba, no porque ya parara un poco sino porque si no lo hacía no me iba a dar tiempo a tirar los 60 disparos, intentar sacar bien 1er disparo era una tarea desquiciante (he llegado a empezar la competición con un 2, un 4,...). Normalmente hacía unos 30-40 puntos menos en competición que en entrenamiento. Pero mis compañeros de tiro me dijeron que lo mejor para solucionar este problema era competir, competir,... y competir. Ahora que estoy bastante tocado físicamente y no entreno tanto hago menos puntos en entrenamiento, pero la diferencia entre los resultados en entrenamientos (hace mucho que ya no contabilizo los puntos) y las competiciones es mucho menor, del orden de los 10-15 puntos. Sigo poniéndome nervioso al principio de la tirada, pero mucho menos que antes. Cuando entreno me pongo en los lugares que más incómodos me parecen, procuro entrenar al lado de otros tiradores, sin tapones, sin zapatos de tiro, no me molesta que hablen los demás (les digo que lo prefiero), etc. Hablando de esto, en una tirada que hice este año me toco tirar en un puesto en el que a mi lado izquierdo (yo soy diestro) tenía que tirar una chica zurda. Yo me coloco algo desplazado en el puesto hacia mi izquierda, y ella se colocaba en el suyo algo desplazada hacia su derecha. No había forma de concentrarme, parecía que ibamos a ponernos a bailar. Mis dos únicas series buenas fueron las dos últimas (en la primera no llegué ni a 90), las que hice cuando la muchacha acabó los 40 disparos de su tirada. Tengo que entrenar con un carabinero al lado para habituarme a esto.
Salu2.
