Muy buenas,
Pues ya estoy de vuelta de Picos, y la verdad es que vengo realmente encantado, no solo por el entorno de caza, su dureza, sino por el buen trato que recibí de los guardas de la sociedad de caza, y porque no por el resultado de la cacería también.
En cuanto a la dureza del terreno, he de decir que la manera de afrontar los recechos de rebeco que tiene esta sociedad es realmente dura de verdad, pero llena de pureza. Realmente sientes que es caza en estado puro. El recorrido desde donde dejamos el coche hasta el refugio, que está dentro de su coto, es duro duro. Se trata de superar un desnivel de 1300 metros positivos con las pendientes y rampas que esto supone. Los guardas se suelen acoplar al ritmo del cazador, por lo que puede ser superado por cualquiera que tenga preparación en montaña y esté acostumbrado a andar por desniveles fuertes. Ahora bien, si se pretende ir sin estar en forma que se olvide, ya que no disfrutará y se arrepentirá de cazar en picos de Europa. Los guardas me contaron casos de cazadores que ni siquiera llegaron al refugio, cazando cualquier cosilla que se les presentara en las zonas bajas. Incluso hubo un caso, que un cazador, tras verse incapaz de llegar al refugio, decidió darse la vuelta y volver al año siguiente pero directamente en helicóptero hasta el mismo refugio

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El refugio que tiene la sociedad está realmente completo, chimenea (de no ser por ésta, fijo que lo pasamos mal, después de la chupa de agua continua durante dos horas que nos cayó), literas, cocina, mesa, sillas, comida como para una guerra civil,…..
Como resumen diré que han sido dos días de paliza por montaña, cena suculenta a base de sidra, cerveza, presa ibérica, jamón (el de la pezuña negra), embutidos ibéricos, y para rematar unas copitas para dormir bien. Todo ello a una altitud de 1.500metros y en un paraje…………..
En cuanto a la caza, el resultado ha sido más que satisfactorio. La pena es no haber podido disfrutar de algún día más y haber tenido más oportunidades de ver más rebecos. El tiempo nos lo impidió, ya que el viernes a eso de las siete de la tarde, la niebla apareció impidiéndonos ver más allá de nuestros pies, descargó durante dos horas una cantidad de agua impresionante, aderezada con un viento brutal (gracias al peso de la mochila, que incremente con el peso de toda la carne del rebeco, sino con mis 68 kilos fijo que algún susto me llevo). Menos mal que el viernes, justo antes de desatarse la “ira de los dioses”, detectamos un rebaño de hembras que los guardas tenía más o menos localizado, y entre ellas una “machorra” de buen porte, que tras analizar con el mirón decidimos acercarnos y tirarla en previsión a que el tiempo nos jugara una mala pasada. El tiro, a 204 metros y el resultado una rebeca preciosa de 16 años y que se quedó a un puntito de bronce.
Gracias a la experiencia de los guardas, acerté tirándola, ya que a partir de ese momento resultó imposible seguir cazando. El “temporal” continuó hasta el sábado a media mañana, luego aclaró, pero al mediodía volvió a torcerse, estando mal hasta la noche del domingo. Hoy en cambio he hablado con el presidente y un día soleado y perfecto………………De no haber sido por la sugerencia de aprovechar la oportunidad de esa hembra, igual me bajo vacío y me hubiera tocado volver a subir (aunque tampoco me hubiera importado, jeje….).
Como resumen y para no aburriros (supongo que ya lo estaréis), quién quiera cazar de verdad sin la más mínima sensación de resultar fácil, en un paraje difícil de igualar, éste es el sitio y la forma.
Un saludo