Churchill en Gerona (años 50).
Publicado: 25 Feb 2013 16:09
Hola:
En primer lugar ruego a los administradores que que amplíen las secciones del foro, pues este tema no debería ir aquí, pero tampoco en "conversación general" debido a su interés histórico, pero como Sir Winston Churchill es un personaje militar de primera categoría, pongo este hilo aquí para que los especialistas en historia de nuestro foro lo vean y puedan opinar.
Entre las secciones nuevas que ya he propuesto alguna vez, recuerdo "la conquista del Far West" o ""La expansión colonial".
En los años 50 Lloret de Mar (GE) era un hermoso pueblo de pescadores y agricultores, con bellas mansiones de los "indianos" o españoles que se habían hecho ricos en América y que regresaban para disfrutar de sus riquezas.
Aún no era un lugar famoso por el turismo de baja categoría y la corrupción, como ahora.
Sir Winston Churchill veraneaba en Lloret de Mar en los años 50 y un día viajó a la ciudad de Gerona. Tenía una secretaria que hablaba perfectamente el castellano y el catalán, posiblemente española.
Churchill quería comprar un collar para uno de sus perros y le dirigieron al taller del que al fin fue el último talabartero ("baster" en catalán). Un talabartero es un artesano que trabaja el cuero y que antes fabricaba todos los correajes de los caballos, para silla y para trabajos agrícolas, como para arrastras carros.
Churchill entró en el taller del artesano, que fue quien me contó la historia y que según los vecinos es una historia cierta, con la evidente sorpresa de Miquel (no creo que haga falta traducir el nombre).
Mientras Miquel le preparaba el collar, Churchill observaba las herramientas para trabajar en cuero y entonces a Miquel "se le encendió la bombilla": el hijo de Miquel se estaba muriendo de poliomelitis y en el hospital de Santa Catalina de Gerona, le habían dicho que la única cura para su hijo eran los antibióticos, que por razones desconocidas estaban prohibidos o poco menos en España. una efermera-monja le recomendó que intentase conseguirlos en el extranjero y entonces Miquel le explicó el caso a la secretaria de Churchill: no hace falta decir que los antibióticos llegaron a Gerona con la velocidad máxima, seguramente por valija diplomática o directamente desde el consulado británico en Barcelona.
Miquel agradecido le regaló a Churchill un juego de herramientas de talabartero.
Que los antibióticos eran algo prohibido o por lo menos innacesible en la España de la postguerra, me los confirmó un miembro de la alta burguesía. Ya sabéis que Sir Alexander Fleming era reverenciado por los toreros pues su penicilina (posiblemente muchas veces adquirida en la postguerra en el mercado negro) salvó a muchos.
He leído algo sobre que los antibióticos, como las vacunas, tuvieron una oposición ideológica: ¿Alguien sabe algo?
Saludos: David Brugent.
En primer lugar ruego a los administradores que que amplíen las secciones del foro, pues este tema no debería ir aquí, pero tampoco en "conversación general" debido a su interés histórico, pero como Sir Winston Churchill es un personaje militar de primera categoría, pongo este hilo aquí para que los especialistas en historia de nuestro foro lo vean y puedan opinar.
Entre las secciones nuevas que ya he propuesto alguna vez, recuerdo "la conquista del Far West" o ""La expansión colonial".
En los años 50 Lloret de Mar (GE) era un hermoso pueblo de pescadores y agricultores, con bellas mansiones de los "indianos" o españoles que se habían hecho ricos en América y que regresaban para disfrutar de sus riquezas.
Aún no era un lugar famoso por el turismo de baja categoría y la corrupción, como ahora.
Sir Winston Churchill veraneaba en Lloret de Mar en los años 50 y un día viajó a la ciudad de Gerona. Tenía una secretaria que hablaba perfectamente el castellano y el catalán, posiblemente española.
Churchill quería comprar un collar para uno de sus perros y le dirigieron al taller del que al fin fue el último talabartero ("baster" en catalán). Un talabartero es un artesano que trabaja el cuero y que antes fabricaba todos los correajes de los caballos, para silla y para trabajos agrícolas, como para arrastras carros.
Churchill entró en el taller del artesano, que fue quien me contó la historia y que según los vecinos es una historia cierta, con la evidente sorpresa de Miquel (no creo que haga falta traducir el nombre).
Mientras Miquel le preparaba el collar, Churchill observaba las herramientas para trabajar en cuero y entonces a Miquel "se le encendió la bombilla": el hijo de Miquel se estaba muriendo de poliomelitis y en el hospital de Santa Catalina de Gerona, le habían dicho que la única cura para su hijo eran los antibióticos, que por razones desconocidas estaban prohibidos o poco menos en España. una efermera-monja le recomendó que intentase conseguirlos en el extranjero y entonces Miquel le explicó el caso a la secretaria de Churchill: no hace falta decir que los antibióticos llegaron a Gerona con la velocidad máxima, seguramente por valija diplomática o directamente desde el consulado británico en Barcelona.
Miquel agradecido le regaló a Churchill un juego de herramientas de talabartero.
Que los antibióticos eran algo prohibido o por lo menos innacesible en la España de la postguerra, me los confirmó un miembro de la alta burguesía. Ya sabéis que Sir Alexander Fleming era reverenciado por los toreros pues su penicilina (posiblemente muchas veces adquirida en la postguerra en el mercado negro) salvó a muchos.
He leído algo sobre que los antibióticos, como las vacunas, tuvieron una oposición ideológica: ¿Alguien sabe algo?
Saludos: David Brugent.