Guerra civil española II
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Capitán de Corbeta Horacio Perez Perez
GADITANOS QUE MURIERON LEJOS DE SU TIERRA: LA HISTORIA DEL CAPITAN DE NAVÍO HORACIO PEREZ.
Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "DIARIO DE CADIZ" el 18 de julio de 2009, pág. 14.
El original está ilustrado por una fotografía en blanco y negro.
Fue Jefe del Estado Mayor de la Flota Republicana
y lo fusilaron en Valencia el 17 de abril de 1939.
A pesar de que han transcurrido ya setenta y nueve años desde que finalizó nuestra trágica Guerra Civil todavía quedan muchas historias por contar y por descubrir. No se trata de remover la llama de viejos y caducos rencores que hoy día sólo puede arder en corazones mezquinos, sino de dar voz a los que no tuvieron la oportunidad siquiera de ser recordados.
La historia siempre está llena de asignaturas pendientes y una de ellas, cuando se habla de nuestra incívica contienda, es la de los oficiales de la Armada que no se sublevaron contra la República. Fueron una minoría respecto a sus compañeros y sus razones para no unirse a ellos fueron a veces tan diversas como contradictorias, pero el caso es que no lo hicieron.
La oficialidad de la Marina pagó un alto tributo en la Guerra Civil. Algunas de las páginas más vergonzosas de la República, y que más desprestigio internacional le causó, están escritas con la sangre de la brutal represión inicial que derramaron en buques y bases republicanas. Eso fue verdad y constituye una realidad histórica que no se puede cuestionar.
Sin embargo poco se sabe y menos se ha investigado y escrito sobre la terrible represión, y no sólo inicial, que también sufrieron los marinos que no quisieron unirse a sus compañeros sublevados contra la República.
Sus nombres apenas son recogidos en los libros de historia sobre la Guerra Civil. Muchos de ellos no tienen quien les recuerde y su memoria, como la del resto de perdedores, quedó proscrita para las siguientes generaciones.
Tal es el caso de Horacio Pérez Pérez, nacido en San Fernando, con muchos años de destino en la misma e hijo de una conocida familia isleña de la época. La sublevación militar del 18 de julio de 1936 le sorprendió como capitán de corbeta en Madrid donde se encontraba pasando unos días de descanso tras haber realizado un curso en la Escuela de Guerra Naval.
En cambio a su hermano Virgilio, también capitán de corbeta, le sorprendió en San Fernando donde estaba destinado como jefe de la estación de radio de la base naval de Cádiz. Detenido tras iniciarse la rebelión y encarcelado a continuación, fue asesinado finalmente el 28 de agosto siguiente, sin juicio previo alguno, en las proximidades de La Carraca, junto al de igual empleo, Francisco Biondi Onrubia, el comandante de Intendencia Antonio García Moles, el comandante Manuel Sancha Morales y el capitán Enrique Paz Pinacho, estos dos últimos de Infantería de Marina. Sus tristes vicisitudes ya fueron relatadas en DIARIO DE CADIZ de 18 de julio de 2005.
En cambio la historia de Horacio había permanecido sumida en las tinieblas del olvido durante setenta años. Sin embargo, ahora, tras una minuciosa investigación que iniciada en Cádiz finalizó en tierras levantinas, ha podido ser rescatada, gracias a los expedientes que se conservan en los archivos del Registro Civil de Paterna y del Juzgado Togado Militar Territorial nº 13 de Valencia.
El 8 de abril de 1939 Horacio fue juzgado por el Consejo de Guerra Permanente nº 1 de Valencia bajo la paradójica acusación de ser autor de un delito de rebelión militar. La sentencia fue describiendo todas sus culpas que terminaron justificando, tras una farsa de juicio, su condena a muerte.
Observó “una actitud pasiva en relación con el alzamiento”, el 22 de agosto de 1936 se presentó “en el Ministerio de Marina haciendo acatamiento al llamado Gobierno rojo”, prestó seguidamente sus servicios en la Sección de Personal y después como secretario técnico del subsecretario del ministerio hasta que el 19 de septiembre comenzó a asumir responsabilidades de mayor trascendencia.
Primero desempeñó una comisión encargada de reparar y poner en marcha los aparatos de tiro de varios barcos, y después fue “Jefe de Información del Estado Mayor de la Flota roja y Jefe de Estado Mayor de la misma, cuyo cargo desempeñaba al tener lugar el combate del Cabo de Palos en que fue hundido el crucero nacional Baleares”.
Tampoco se le perdonó que cuando tuvo que realizar varias navegaciones en fechas diferentes por aguas extranjeras como comandante circunstancial de los buques de guerra “José Luis Díez” y “Almirante Antequera”, estando en los puertos ingleses y franceses, “no trató de pasar a Zona Nacional, ni de ponerse en contacto con nuestras Autoridades, ni de realizar el menor acto a favor de nuestra causa, siendo de advertir que tanto durante su permanencia en la zona roja como en la escuadra y en territorio extranjero tuvo completa libertad sin estar sometido a medidas extraordinarias de vigilancia ni haber sufrido coacción concreta en ningún caso”.
El hecho de que no le constaran antecedentes políticos ni hubiera pertenecido nunca a un partido político, en nada le ayudó y en cambio si le perjudicó que, mientras “estuvo sirviendo al Gobierno rojo llegó a ser habilitado el empleo de Capitán de Navío y fue además recompensado con la Placa del Valor por haber tomado parte como Jefe de Estado Mayor de la Flota roja en el combate del Cabo de Palos”.
Finalmente el tribunal militar, decidió condenarlo a la pena de muerte, considerando que “también concurre como agravante su destacada perversidad puesta de manifiesto no sólo dada la naturaleza de los destacados servicios prestados a los rojos, sino también por el hecho de haber estado en varias ocasiones distintas en territorio extranjero disfrutando de plena libertad sin haberse puesto a disposición de las Autoridades Nacionales hasta que fue hecho prisionero por las fuerzas nacionales”.
El auditor de guerra del Ejército de Ocupación de Levante aprobó ese mismo día la sentencia que declaró firme a expensas de recibirse el enterado del asesor jurídico del “Cuartel General del Generalísimo”. El 13 de abril se remitió desde Burgos el temido telegrama: “S.E. el Jefe de Estado se da por enterado de la pena impuesta al capitán de corbeta Don Horacio Pérez Pérez”.
Cuatro días después fue conducido desde Valencia hasta Paterna y fusilado al amanecer. Aunque en el registro civil de dicha ciudad se localizó la inscripción de su muerte, la búsqueda de su tumba en el cementerio municipal fue infructuosa no quedando tampoco constancia de ello en los libros de enterramientos que se conservan en el archivo local. Como en otros tantos casos sus restos se debieron perder en alguna fosa común.
Horacio, al igual que otros muchos gaditanos que en 1936 salieron de su tierra, nunca volvió a ella.
Saludos
Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "DIARIO DE CADIZ" el 18 de julio de 2009, pág. 14.
El original está ilustrado por una fotografía en blanco y negro.
Fue Jefe del Estado Mayor de la Flota Republicana
y lo fusilaron en Valencia el 17 de abril de 1939.
A pesar de que han transcurrido ya setenta y nueve años desde que finalizó nuestra trágica Guerra Civil todavía quedan muchas historias por contar y por descubrir. No se trata de remover la llama de viejos y caducos rencores que hoy día sólo puede arder en corazones mezquinos, sino de dar voz a los que no tuvieron la oportunidad siquiera de ser recordados.
La historia siempre está llena de asignaturas pendientes y una de ellas, cuando se habla de nuestra incívica contienda, es la de los oficiales de la Armada que no se sublevaron contra la República. Fueron una minoría respecto a sus compañeros y sus razones para no unirse a ellos fueron a veces tan diversas como contradictorias, pero el caso es que no lo hicieron.
La oficialidad de la Marina pagó un alto tributo en la Guerra Civil. Algunas de las páginas más vergonzosas de la República, y que más desprestigio internacional le causó, están escritas con la sangre de la brutal represión inicial que derramaron en buques y bases republicanas. Eso fue verdad y constituye una realidad histórica que no se puede cuestionar.
Sin embargo poco se sabe y menos se ha investigado y escrito sobre la terrible represión, y no sólo inicial, que también sufrieron los marinos que no quisieron unirse a sus compañeros sublevados contra la República.
Sus nombres apenas son recogidos en los libros de historia sobre la Guerra Civil. Muchos de ellos no tienen quien les recuerde y su memoria, como la del resto de perdedores, quedó proscrita para las siguientes generaciones.
Tal es el caso de Horacio Pérez Pérez, nacido en San Fernando, con muchos años de destino en la misma e hijo de una conocida familia isleña de la época. La sublevación militar del 18 de julio de 1936 le sorprendió como capitán de corbeta en Madrid donde se encontraba pasando unos días de descanso tras haber realizado un curso en la Escuela de Guerra Naval.
En cambio a su hermano Virgilio, también capitán de corbeta, le sorprendió en San Fernando donde estaba destinado como jefe de la estación de radio de la base naval de Cádiz. Detenido tras iniciarse la rebelión y encarcelado a continuación, fue asesinado finalmente el 28 de agosto siguiente, sin juicio previo alguno, en las proximidades de La Carraca, junto al de igual empleo, Francisco Biondi Onrubia, el comandante de Intendencia Antonio García Moles, el comandante Manuel Sancha Morales y el capitán Enrique Paz Pinacho, estos dos últimos de Infantería de Marina. Sus tristes vicisitudes ya fueron relatadas en DIARIO DE CADIZ de 18 de julio de 2005.
En cambio la historia de Horacio había permanecido sumida en las tinieblas del olvido durante setenta años. Sin embargo, ahora, tras una minuciosa investigación que iniciada en Cádiz finalizó en tierras levantinas, ha podido ser rescatada, gracias a los expedientes que se conservan en los archivos del Registro Civil de Paterna y del Juzgado Togado Militar Territorial nº 13 de Valencia.
El 8 de abril de 1939 Horacio fue juzgado por el Consejo de Guerra Permanente nº 1 de Valencia bajo la paradójica acusación de ser autor de un delito de rebelión militar. La sentencia fue describiendo todas sus culpas que terminaron justificando, tras una farsa de juicio, su condena a muerte.
Observó “una actitud pasiva en relación con el alzamiento”, el 22 de agosto de 1936 se presentó “en el Ministerio de Marina haciendo acatamiento al llamado Gobierno rojo”, prestó seguidamente sus servicios en la Sección de Personal y después como secretario técnico del subsecretario del ministerio hasta que el 19 de septiembre comenzó a asumir responsabilidades de mayor trascendencia.
Primero desempeñó una comisión encargada de reparar y poner en marcha los aparatos de tiro de varios barcos, y después fue “Jefe de Información del Estado Mayor de la Flota roja y Jefe de Estado Mayor de la misma, cuyo cargo desempeñaba al tener lugar el combate del Cabo de Palos en que fue hundido el crucero nacional Baleares”.
Tampoco se le perdonó que cuando tuvo que realizar varias navegaciones en fechas diferentes por aguas extranjeras como comandante circunstancial de los buques de guerra “José Luis Díez” y “Almirante Antequera”, estando en los puertos ingleses y franceses, “no trató de pasar a Zona Nacional, ni de ponerse en contacto con nuestras Autoridades, ni de realizar el menor acto a favor de nuestra causa, siendo de advertir que tanto durante su permanencia en la zona roja como en la escuadra y en territorio extranjero tuvo completa libertad sin estar sometido a medidas extraordinarias de vigilancia ni haber sufrido coacción concreta en ningún caso”.
El hecho de que no le constaran antecedentes políticos ni hubiera pertenecido nunca a un partido político, en nada le ayudó y en cambio si le perjudicó que, mientras “estuvo sirviendo al Gobierno rojo llegó a ser habilitado el empleo de Capitán de Navío y fue además recompensado con la Placa del Valor por haber tomado parte como Jefe de Estado Mayor de la Flota roja en el combate del Cabo de Palos”.
Finalmente el tribunal militar, decidió condenarlo a la pena de muerte, considerando que “también concurre como agravante su destacada perversidad puesta de manifiesto no sólo dada la naturaleza de los destacados servicios prestados a los rojos, sino también por el hecho de haber estado en varias ocasiones distintas en territorio extranjero disfrutando de plena libertad sin haberse puesto a disposición de las Autoridades Nacionales hasta que fue hecho prisionero por las fuerzas nacionales”.
El auditor de guerra del Ejército de Ocupación de Levante aprobó ese mismo día la sentencia que declaró firme a expensas de recibirse el enterado del asesor jurídico del “Cuartel General del Generalísimo”. El 13 de abril se remitió desde Burgos el temido telegrama: “S.E. el Jefe de Estado se da por enterado de la pena impuesta al capitán de corbeta Don Horacio Pérez Pérez”.
Cuatro días después fue conducido desde Valencia hasta Paterna y fusilado al amanecer. Aunque en el registro civil de dicha ciudad se localizó la inscripción de su muerte, la búsqueda de su tumba en el cementerio municipal fue infructuosa no quedando tampoco constancia de ello en los libros de enterramientos que se conservan en el archivo local. Como en otros tantos casos sus restos se debieron perder en alguna fosa común.
Horacio, al igual que otros muchos gaditanos que en 1936 salieron de su tierra, nunca volvió a ella.
Saludos
Si ignoras lo que pasó antes de que nacieras, siempre serás un niño.
Marco Tulio Cicerón.
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Re: Guerra civil española II
Historia del salvajismo
“Cuentan los ancianos del lugar que allá en la serranía leonesa, durante la Guerra Civil, una partida de milicianos andaba a la captura de un grupo de falangistas, cuando toparon con uno de ellos que se había quedado rezagado de sus compañeros. Los milicianos se dispusieron a fusilarle cuando el comandante bajo cuyo cargo estaban les ordenó que, en lugar del fusilamiento, le enterraran en el suelo de forma que sólo saliera fuera la cabeza, y practicaran con ella el tiro al blanco. Semejante angelito, que hoy dejaría en pañales a esos que se dedican a la decapitación en nombre de Alá, fue fusilado, sí, por los nacionales, después de un Consejo de Guerra, que esa es la parte que no se cuenta”.
“El caso es que los ancianos del lugar, o al menos uno de ellos, tuvo ocasión de contar esta historia a dos compañeros periodistas, trabajadores en un grupo mediático que no se distingue por su proximidad al PP, que acudieron en busca de testimonios que avalaran la imagen de alma cándida del citado comandante, cuyos descendientes adoran de él su pasión por los humildes, y hacen de su memoria una guía de sus actos.
Un espíritu candoroso cuyo recuerdo mejor permanecería enterrado, al igual que los de aquella contienda que sólo traen tristeza y amargura. Animales hubo en los dos bandos, y seguro que ejemplos como el citado se podrán contar por miles a uno y otro lado de esa línea divisoria que es el odio. Por eso a esos muertos, a sus fantasmas y a sus espíritus es mejor enterrarlos y dejarlos descansar en paz, porque resucitarlos puede llegar a ser peligroso. Por cierto, no publicaron la historia”.
Sustituir, eso sí, donde dice comandante por capitán, dado que ésa era la graduación del personaje de esa historia de quien la biografía oficial dice que murió un mes de agosto de 1936 fusilado por no traicionar a la República. Parece ser, por lo que se he podido ir averiguando después, que en el poco tiempo que pasó desde el inicio de la guerra hasta su fusilamiento, la práctica del tiro al blanco sobre las cabezas de sus enemigos enterrados fue una práctica habitual llevada a cabo por este hombre, que luego transmitiría a sus herederos un ansia infinita de paz.
Saludos cordiales
“Cuentan los ancianos del lugar que allá en la serranía leonesa, durante la Guerra Civil, una partida de milicianos andaba a la captura de un grupo de falangistas, cuando toparon con uno de ellos que se había quedado rezagado de sus compañeros. Los milicianos se dispusieron a fusilarle cuando el comandante bajo cuyo cargo estaban les ordenó que, en lugar del fusilamiento, le enterraran en el suelo de forma que sólo saliera fuera la cabeza, y practicaran con ella el tiro al blanco. Semejante angelito, que hoy dejaría en pañales a esos que se dedican a la decapitación en nombre de Alá, fue fusilado, sí, por los nacionales, después de un Consejo de Guerra, que esa es la parte que no se cuenta”.
“El caso es que los ancianos del lugar, o al menos uno de ellos, tuvo ocasión de contar esta historia a dos compañeros periodistas, trabajadores en un grupo mediático que no se distingue por su proximidad al PP, que acudieron en busca de testimonios que avalaran la imagen de alma cándida del citado comandante, cuyos descendientes adoran de él su pasión por los humildes, y hacen de su memoria una guía de sus actos.
Un espíritu candoroso cuyo recuerdo mejor permanecería enterrado, al igual que los de aquella contienda que sólo traen tristeza y amargura. Animales hubo en los dos bandos, y seguro que ejemplos como el citado se podrán contar por miles a uno y otro lado de esa línea divisoria que es el odio. Por eso a esos muertos, a sus fantasmas y a sus espíritus es mejor enterrarlos y dejarlos descansar en paz, porque resucitarlos puede llegar a ser peligroso. Por cierto, no publicaron la historia”.
Sustituir, eso sí, donde dice comandante por capitán, dado que ésa era la graduación del personaje de esa historia de quien la biografía oficial dice que murió un mes de agosto de 1936 fusilado por no traicionar a la República. Parece ser, por lo que se he podido ir averiguando después, que en el poco tiempo que pasó desde el inicio de la guerra hasta su fusilamiento, la práctica del tiro al blanco sobre las cabezas de sus enemigos enterrados fue una práctica habitual llevada a cabo por este hombre, que luego transmitiría a sus herederos un ansia infinita de paz.
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Re: Guerra civil española II
El valor ¿ Se le supone ?
El valor , la valentía de enfrentarnos al problema no se presupone… de hecho la mayor parte de nosotros somos tan cobardes que huimos hacia adelante, en vez de solucionar las cosas de una vez para siempre…
Este es el sentido de la siguiente anécdota…
Durante la Guerra Civil española ), en el Sur de España una cuadrilla de milicianos se ocupa de realizar registros domiciliarios en la retaguardia de sus dominios. En la retaguardia, durante uno de los registros, suena la alarma: ¡bombardeo!
Todos se precipitan aterrorizados al sótano, comenzando por un militar, que se suponía que debía dar un ejemplo de aplomo y gallardía en aquellas circunstancias. Se hace paso a codazos. Al acabar éste, suben a la casa de nuevo y el militar cobarde, avergonzado de su comportamiento, necesita excusarse: el silencio es un grito en su alma:
– Los aviones nunca se sabe por donde vienen ni hacia donde van a tirar las bombas… yo prefiero luchar en tierra, si viene el enemigo por allí, ya sé que me tengo que ir por allá (señalando al sitio contrario)…
Hay gente que son como las moscas donde van… la cagan…
Saludos cordiales
El valor , la valentía de enfrentarnos al problema no se presupone… de hecho la mayor parte de nosotros somos tan cobardes que huimos hacia adelante, en vez de solucionar las cosas de una vez para siempre…
Este es el sentido de la siguiente anécdota…
Durante la Guerra Civil española ), en el Sur de España una cuadrilla de milicianos se ocupa de realizar registros domiciliarios en la retaguardia de sus dominios. En la retaguardia, durante uno de los registros, suena la alarma: ¡bombardeo!
Todos se precipitan aterrorizados al sótano, comenzando por un militar, que se suponía que debía dar un ejemplo de aplomo y gallardía en aquellas circunstancias. Se hace paso a codazos. Al acabar éste, suben a la casa de nuevo y el militar cobarde, avergonzado de su comportamiento, necesita excusarse: el silencio es un grito en su alma:
– Los aviones nunca se sabe por donde vienen ni hacia donde van a tirar las bombas… yo prefiero luchar en tierra, si viene el enemigo por allí, ya sé que me tengo que ir por allá (señalando al sitio contrario)…
Hay gente que son como las moscas donde van… la cagan…
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Re: Guerra civil española II
Muchas gracias por este hilo, señores.
Se ha convertido en mi libro de cabecera los últimos días, o mejor dicho, las últimas noches. Estoy aprendiendo un mundo.
Un saludo cordial.
Se ha convertido en mi libro de cabecera los últimos días, o mejor dicho, las últimas noches. Estoy aprendiendo un mundo.
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"La inteligencia sólo florece en la temporada en que la creencia se marchita".
Emil Cioran, Breviario de podredumbre (1949)
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Re: Guerra civil española II
Un ejemplo, un caso singular:[/size]
En Aragón, concretamente en la provincia de Huesca, un pequeño pueblo ocupado por "los aguiluchos" de "La Roja y Negra". Tierras colectivizadas, comité llevando el cotarro y, curiosamente, ni una sola denuncia, ni un paseo, ni un detenido. Las gentes de "orden" y de derechas fueron cubiertos por esos vecinos que llevaban la voz cantante. Uno de ellos, republicano de izquierdas, incluso tiene al mosen del pueblo escondido en su casa hasta que el cura puede darse el bote y pasarse al otro lado.
Pasan meses, años, cambia el signo de los combates y el pueblo es "liberado" por tropas nacionales. Pues bien, la historia se repite: ni una denuncia, ni un detenido, ni un paseo. Son ahora los prohombres de derechas los que encubren, avalan, sacan la cara por aquellos vecinos que habían sido a su vez sus protectores.
No es un caso demasiado frecuente, pero para mí es un orgullo tener raíces familiares en un lugar donde, independientemente de la ideología de cada cual, se impuso la humanidad, la bondad y la razón.
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En Aragón, concretamente en la provincia de Huesca, un pequeño pueblo ocupado por "los aguiluchos" de "La Roja y Negra". Tierras colectivizadas, comité llevando el cotarro y, curiosamente, ni una sola denuncia, ni un paseo, ni un detenido. Las gentes de "orden" y de derechas fueron cubiertos por esos vecinos que llevaban la voz cantante. Uno de ellos, republicano de izquierdas, incluso tiene al mosen del pueblo escondido en su casa hasta que el cura puede darse el bote y pasarse al otro lado.
Pasan meses, años, cambia el signo de los combates y el pueblo es "liberado" por tropas nacionales. Pues bien, la historia se repite: ni una denuncia, ni un detenido, ni un paseo. Son ahora los prohombres de derechas los que encubren, avalan, sacan la cara por aquellos vecinos que habían sido a su vez sus protectores.
No es un caso demasiado frecuente, pero para mí es un orgullo tener raíces familiares en un lugar donde, independientemente de la ideología de cada cual, se impuso la humanidad, la bondad y la razón.
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Homo sum, humani nihil a me alienum puto
Re: Guerra civil española II
No te creas. Se dieron más casos de los que parece. En la misma Huesca, en Teruel y espero que en otras zonas. Incluso en pueblos que cambiaron de manos dos veces. El problema, a veces, venía de las sedes de los archivos de CNT, por ejemplo, que no tenían por qué estar en el pueblo. De ese modo, uno se podía ir al paredón o a un batallón de trabajadores sin que mediaran chivatazos. Lo mismo con Falange por el otro lado. O tener un hermano en el frente o haber servido durante la guerra y que tu nombre apareciera en cualquier listado. Jodido. Fue así como mi abuelo y mi tío acabaron en batallones de trabajadores en Algeciras sin que nadie los delatara. Y ellos mismos contaban que estaban vivos gracias a la gente que de tapadillo llevaba chuscos y lo que podía a aquellos semiesqueletos. Lo más delirante. Cuando pudieron reclamar su pensión como excombatientes, resulta que sus nombres no aparecían. Fue gracias a las declaraciones de compañeros que los dos pudieron cobrarlas, aunque no vivieron muchos años para hacer caja.
Un saludo
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Re: Guerra civil española II
oscashooter escribió:Un ejemplo, un caso singular:[/size]
En Aragón, concretamente en la provincia de Huesca, un pequeño pueblo ocupado por "los aguiluchos" de "La Roja y Negra". Tierras colectivizadas, comité llevando el cotarro y, curiosamente, ni una sola denuncia, ni un paseo, ni un detenido. Las gentes de "orden" y de derechas fueron cubiertos por esos vecinos que llevaban la voz cantante. Uno de ellos, republicano de izquierdas, incluso tiene al mosen del pueblo escondido en su casa hasta que el cura puede darse el bote y pasarse al otro lado.
Pasan meses, años, cambia el signo de los combates y el pueblo es "liberado" por tropas nacionales. Pues bien, la historia se repite: ni una denuncia, ni un detenido, ni un paseo. Son ahora los prohombres de derechas los que encubren, avalan, sacan la cara por aquellos vecinos que habían sido a su vez sus protectores.
No es un caso demasiado frecuente, pero para mí es un orgullo tener raíces familiares en un lugar donde, independientemente de la ideología de cada cual, se impuso la humanidad, la bondad y la razón.
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Mi abuelo, alcalde de uno de los pueblos de Huesca que quedaron "nacionales" desde el principio por la cercanía a Navarra. Le van a ver para que marque a los que se tienen que llevar. A pesar de ser falangista, se niega, directamente. Ni esconderlos ni leches. Les dice que no puede cargar con familias a los que les falte el padre o el hijo mayor, que se le mueren de hambre en el pueblo. Al ser amigo de los que fueron a llevarse a los rojos, los dejan en paz.
Termina la guerra y, con el Pirineo lleno de maquis, van a pedirle que les devuelva el favor de aquella vez. Se le presenta una compañía de la G.C. en el pueblo, y le dicen a mi abuelo que los guíe a una zona de mugas que conoce, en las cresterías de las montañas. Allí se esconde un grupo de maquis. El oficial de la G.C. y mi abuelo se "disfrazan" y a los dos días son acogidos por los maquis, pero uno de ellos reconoce a mi abuelo y no le cuadra que un falangista pueda estar allí. Mi abuelo le dice lo que hay, y que les va a rodear una Compañía de la G.C. para detenerlos, que si no los matan a él y al oficial de la G.C., saldrán vivos los tres, porque mediarán por él cuando suba la Compañía. Así lo hizo.
Estuvieron varios años quedando para comer juntos algunas veces, desde entonces, amigos los tres.
Un falangista, un rojo y un oficial de la G.C. comiendo juntos. Buen final para un conflicto que generaron políticos inconscientes, una historia que deberían conocer los que ahora andan desenterrando bajas pasiones.
- oscashooter
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Re: Guerra civil española II
No sabes lo que me alegra saber lo que compartes, compañero: va a ser que los "huescanos" jejeje gentes de campo y los pueblos oscenses son de buena pasta. Estoy seguro que más casos así se habrán dado, por todo lo largo y ancho de España; pero por desgracia también sé y la historia recoge, que no fue lo más habitual.
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Re: Guerra civil española II
"El Guernica Rojo".
Hoy se cumple el 80 aniversario del bombardeo de Cabra por los republicanos, injustificado, inútil e innecesario:
https://www.abc.es/historia/abci-80-ano ... ticia.html
109 muertes (14 niños) y 200 heridos, en un pueblo sin actividad ni valor militar, en un día de mercado.
Por esta salvajada nadie ha pedido perdón, ni lo pedirá.
Hoy se cumple el 80 aniversario del bombardeo de Cabra por los republicanos, injustificado, inútil e innecesario:
https://www.abc.es/historia/abci-80-ano ... ticia.html
109 muertes (14 niños) y 200 heridos, en un pueblo sin actividad ni valor militar, en un día de mercado.
Por esta salvajada nadie ha pedido perdón, ni lo pedirá.
Re: Guerra civil española II
No solo está cabra ; esta también el cerco de Oviedo . Esta ciudad sufrió 120 bombardeos de los cuales solo 10 fueron sobre posiciones militares , el resto sobre la población civil y por supuesto la mayoría de las víctimas , mujeres , ancianos y niños . No hubo un bando malo y otro bueno ; lo que está claro es que la izquierda española tiene ganada la batalla mediática y alcanzaron la superioridad moral gracias a esto y a la desidia de la gente que se conforma con una sola verdad. Y claro está el bando dirigido por franco ; no tenía un pintor mediocre detrás denunciando los bombardeos republicanos
Re: Guerra civil española II
Rapiegu escribió:No solo está cabra ; esta también el cerco de Oviedo . Esta ciudad sufrió 120 bombardeos de los cuales solo 10 fueron sobre posiciones militares , el resto sobre la población civil y por supuesto la mayoría de las víctimas , mujeres , ancianos y niños . No hubo un bando malo y otro bueno ; lo que está claro es que la izquierda española tiene ganada la batalla mediática y alcanzaron la superioridad moral gracias a esto y a la desidia de la gente que se conforma con una sola verdad. Y claro está el bando dirigido por franco ; no tenía un pintor mediocre detrás denunciando los bombardeos republicanos
Se hicieron con la educación ya desde los años sesenta, y así nos va.
- miliciano
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Re: Guerra civil española II
Tengo una base de datos que me paso un señor en el 2012, está sacada de los tribunales en Madrid tras la guerra y hay en total unas 23000 entradas , un trabajo de investigación increible, la lástima es uqe no la pueo publicar porque he perdido contacto con este señor y no me autorizó a hacerlo , lastima , pero os pongo algunas capturas de pantalla:
"Solo es libre el hombre que no tiene miedo"
- miliciano
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Re: Guerra civil española II
la E roja significa EJECUTADO
"Solo es libre el hombre que no tiene miedo"
Re: Guerra civil española II
miliciano escribió:la E roja significa EJECUTADO
Memoria Histórica. Pero pronto van a crear una "Comisión de la Verdad" que pondrá las cosas en su sitio, y una ley que respalde las multas a quienes se parten de lo establecido.
- lalluvia
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Re: Guerra civil española II
miliciano escribió:Tengo una base de datos que me paso un señor en el 2012, está sacada de los tribunales en Madrid tras la guerra y hay en total unas 23000 entradas , un trabajo de investigación increible, la lástima es uqe no la pueo publicar porque he perdido contacto con este señor y no me autorizó a hacerlo , lastima , pero os pongo algunas capturas de pantalla:
Lástima, me encantaría poder consultarla, la verdad.
Un saludo cordial.
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Emil Cioran, Breviario de podredumbre (1949)
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Re: Guerra civil española II
Siempre puedes consultar esto : https://www.causageneral.org/
Si solo la mitad de lo que cuentan aqui es cierto ; no se como a la izquierda mediatica de este pais no le cae la cara de verguenza
Si solo la mitad de lo que cuentan aqui es cierto ; no se como a la izquierda mediatica de este pais no le cae la cara de verguenza
Re: Guerra civil española II
Rapiegu escribió:Siempre puedes consultar esto : https://www.causageneral.org/
Si solo la mitad de lo que cuentan aqui es cierto ; no se como a la izquierda mediatica de este pais no le cae la cara de verguenza
El socialismo es la ideología que más gente ha asesinado en el S. XX, y la única que lo sigue haciendo en el S. XXI; más que de ideología yo creo que podría hablarse de enfermedad mental. En una democracia normal debería estar prohibido.
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