Mitad monje, mitad soldado
Publicado: 31 May 2020 01:54
Sabemos que el ideal falangista era ser "mitad monje, mitad soldado". Esto estaba un poco obsoleto en pleno Siglo XX, y era una reminiscencia de las Órdenes Militares de la Edad Media. Pero hubo un hombre que, en pleno Siglo XX (y sin ser falangista ni español) siguió plenamente este ideal. Se llamaba Georges Thierry d'Argenlieu.
La primera vez que supe de la existencia de este personaje fue leyendo un libro de Jean Lartéguy sobre la Guerra de Vietnam, en la que tuvo un papel muy destacado. Lartéguy se refería a él varias veces como "el Almirante-Monje". Yo pensaba que era un mote que le había adjudicado Lartéguy por su actitud en Vietnam, ultraconservadora, rígida, inflexible y dogmática, más propia de un inquisidor del Siglo XVII que de un diplomático y estadista moderno... pero luego, investigando sobre la vida de Thierry d'Argenlieu, descubrí que, efectivamente, había sido almirante de la Marine Militaire francesa, y también monje (carmelita descalzo). Además, durante buena parte de su vida, fue ambas cosas simultáneamente. ¿Cómo pudo llevar a cabo dos actividades aparentemente tan poco compatibles?
Georges Thierry d'Argenlieu nació en 1889, en una familia de ascendencia noble y gran tradición militar. Siguiendo la tradición familiar, ingresó en la Academia Naval francesa y, como alférez de navío, participó en la Campaña de Marruecos, que concluyó con la mayor parte de Marruecos convertido en protectorado francés.
En 1914, la I Guerra Mundial le sorprende recién ascendido a Teniente de Navío. Pasa la guerra en el Mediterráneo, alternando escoltas de convoyes, combates contra submarinos austríacos y alemanes, y el bloqueo del Mar Adriático en el Estrecho de Otranto. Es condecorado por su eficiente actuación en el rescate de los náufragos de un barco torpedeado por un submarino enemigo... y, durante una estancia en Malta, ingresa como hermano lego (es decir, no ordenado sacerdote) en la orden de los Carmelitas Descalzos. Continúa su carrera naval hasta que en 1920 decide que su vocación religiosa es superior a la militar, así que se ordena sacerdote, pide su pase a la Reserva Naval e ingresa en un convento de los Carmelitas Descalzos.
Thierry d'Argenlieu tiene la característica de ser una persona muy competitiva, es decir, en cualquier organización de la que forme parte pretende llegar lo más alto posible. Y así, en la década de 1930 es nombrado Superior Provincial de los Carmelitas Descalzos para la provincia de París.
En 1939 estalla la 2ª Guerra Mundial. En Francia, el sacerdocio no exime del Servicio Militar, así que nuestro hombre es movilizado como Capitán de Corbeta de la Reserva Naval y destinado al Arsenal de Cherburgo. Destaca en su defensa y en su trabajo de inutilización y destrucción de todo el material posible para que no caiga en manos de los alemanes, quedándose hasta el final, incluso aunque ello suponga el riesgo de ser capturado por los alemanes... como efectivamente sucede.
Pero Thierry d'Argenlieu tiene claro que la guerra no ha acabado para él: salta del tren que le llevaba prisionero a Alemania, evade a sus perseguidores y pasa a la clandestinidad, intentando alcanzar las líneas francesas para seguir combatiendo. Pero Francia se rinde y firma el Armisticio antes de que Thierrry d'Argenlieu pueda volver a combatir.
Católico, conservador, militar y aristócrata, Thierry d'Argenlieu parece un candidato ideal a apoyar el régimen de Pétain... pero piensa que Francia tiene que continuar el combate y vengar la humillación que ha sufrido, así que decide huir a Gran Bretaña para unirse a De Gaulle, lo cual consigue. Su primera intención era servir como capellán castrense, pero la Marina Francesa Libre anda desesperadamente escasa de oficiales, así que le piden que sirva como oficial combatiente. Lo consulta con sus superiores eclesiásticos, que le dan el "placet", y se une a la Marina Francesa Libre como capitán de corbeta.
Durante la guerra, su ascenso es meteórico, desempeñando tanto puestos militares (mando de diversos buques de guerra), diplomáticos (representante de la Francia Libre en Canadá) y políticos (se convierte en uno de los consejeros de confianza de De Gaulle). Una anécdota curiosa es que, dando apoyo naval a la Campaña del África Ecuatorial (en la que el general Leclerc conquista para De Gaulle gran parte de las posesiones francesas en África), tiene que retomar puntualmente su labor sacerdotal: tras la conquista de Libreville, capital de Gabón, Leclerc quiere celebrar una misa de Acción de Gracias en la catedral. Pero el obispo, simpatizante de Pétain, se niega a oficiarla y prohibe a los sacerdotes de la diócesis hacerlo. Thierry d'Argenlieu cambia brevemente el uniforme por la túnica y oficia él mismo la misa.
Cuando París es liberado, De Gaulle escoge el barco comandado por Thierry d'Argenlieu para que le traslade a Francia, y Thierry d'Argenlieu es uno de los que le acompañan en su famoso paseo por París.
Acabada la guerra, en Abril de 1945, no han acabado los problemas para Francia: en Indochina, los comunistas, comandados por Ho Chi Mihn y Giap han aprovechado el vacío de poder (consecuencia de que los japoneses atacaran y descabezaran la administración francesa) para formar un ejército, ocupar gran parte de Tonkín (zona norte de Vietnam) y proclamar la independencia de la República de Vietnam. De Gaulle no está dispuesto a dejar las cosas así y envía a Vietnam a Thierry d'Argenlieu como alto comisario y a Leclerc como comandante en jefe, al mando de una importante fuerza expedicionaria. Al principio, ambos hombres están de acuerdo: el primer paso es derrotar a los comunistas.
Giap, que aún es primerizo en cuestiones militares (pero que, para desgracia de franceses y estadounidenses, aprendía rápido) comete el error de intentar aferrarse al terreno conqustado y combatir en campo abierto contra las fuerzas de Leclerc. Los comunistas son estrepitosamente derrotados, y tienen que huir a la jungla para no ser completamente destruídos. Y aquí comienzan las diferencias entre Leclerc y Thierry d'Argenlieu:
Leclerc cree que, sin acción política, la victoria militar será estéril. Sabe que los comunistas han sido vencidos pero no definitivamente derrotados, sus fuerzas aún se ocultan en la jungla y cuentan con importantes apoyos entre la población. Además, las cosas han cambiado, y muchos vietnamitas ya no ven como cosa natural el dominio de Francia, siendo partidarios del autogobierno. Y no se podrá contar con el apoyo estadounidense, dado que los EE.UU. apoyan abiertamente la descolonización.
Por todo ello, Leclerc propone negociar con Ho Chi Mihn ahora que está debilitado y ofrecerle un compromiso: autogobierno vietnamita (en una fórmula similar a los "dominions" británicos) a cambio de salvaguardar los intereses económicos franceses y mantener un cuerpo de ejército francés en Vietnam. Hay muchos que creen que Ho estaba abierto a aceptar esa oferta, porque estaba muy preocupado por el triunfo de Mao en China (China tenía reclamaciones territoriales sobre Vietnam, y las relaciones entre los partidos comunistas chino y vietnamita nunca fueron buenas), pues la garantía del ejército francés defendiendo Vietnam era un precio razonable a cambio de aparcar las reivindicaciones de independencia, pero...
... pero Thierry d'Argenlieu se opone frontalmente. Su postura es que Francia ha derrotado a los insurgentes, así que no tiene por qué hacer ninguna concesión, y se debe volver al régimen colonial anterior a 1939. El Almirante es inflexible en su postura y llega a afirmar cosas como "me avergüenza ver a militares franceses proponiendo negociar con el enemigo en vez de combatirlo". Su única concesión es la creación de un parlamento local con poderes irrelevantes, y en el que, para más "inri", el 50% de los diputados sería elegido por los franceses residentes en Vietnam y el otro 50% por los vietnamitas. De Gaulle respalda la postura de Thierry d'Argenlieu y ésta se convierte en la política oficial de Francia sobre Vietnam.
El impacto de esta decisión es enorme: Ho y Giap llegan a la obvia conclusión de que su único camino es la lucha armada y reorganizan sus fuerzas militares para una larga guerra de guerrillas. Y Francia pierde el apoyo de muchos vietnamitas que simpatizaban con ella pero también querían un mayor nivel de autogobierno. Se puede decir que Thierry d'Argenlieu es el guijarro que acabará generando una enorme bola de nieve de más de 30 años de guerra en la que saldrán con el rabo entre las piernas Francia, EE.UU. e incluso China.
En 1947, tanto Leclerc como Thierry d'Argenlieu son llamados a Francia y nombrados inspectores generales del Ejército y la Marina, respectivamente. Leclerc muere poco después, en un accidente de aviación. Por su parte, el Almirante pide en 1958 el retiro de la Marina y se retira a un monasterio carmelita, en el que muere en 1964.
En mi opinión, fue un hombre que nació fuera de su época. De haber nacido algunos siglos antes, probablemente hubiera sido caballero de la Orden de Malta, en la que hubiera podido realizar su triple vocación de religioso, militar y marino... y probablemente hubera alcanzado el rango de Gran Maestre.
La primera vez que supe de la existencia de este personaje fue leyendo un libro de Jean Lartéguy sobre la Guerra de Vietnam, en la que tuvo un papel muy destacado. Lartéguy se refería a él varias veces como "el Almirante-Monje". Yo pensaba que era un mote que le había adjudicado Lartéguy por su actitud en Vietnam, ultraconservadora, rígida, inflexible y dogmática, más propia de un inquisidor del Siglo XVII que de un diplomático y estadista moderno... pero luego, investigando sobre la vida de Thierry d'Argenlieu, descubrí que, efectivamente, había sido almirante de la Marine Militaire francesa, y también monje (carmelita descalzo). Además, durante buena parte de su vida, fue ambas cosas simultáneamente. ¿Cómo pudo llevar a cabo dos actividades aparentemente tan poco compatibles?
Georges Thierry d'Argenlieu nació en 1889, en una familia de ascendencia noble y gran tradición militar. Siguiendo la tradición familiar, ingresó en la Academia Naval francesa y, como alférez de navío, participó en la Campaña de Marruecos, que concluyó con la mayor parte de Marruecos convertido en protectorado francés.
En 1914, la I Guerra Mundial le sorprende recién ascendido a Teniente de Navío. Pasa la guerra en el Mediterráneo, alternando escoltas de convoyes, combates contra submarinos austríacos y alemanes, y el bloqueo del Mar Adriático en el Estrecho de Otranto. Es condecorado por su eficiente actuación en el rescate de los náufragos de un barco torpedeado por un submarino enemigo... y, durante una estancia en Malta, ingresa como hermano lego (es decir, no ordenado sacerdote) en la orden de los Carmelitas Descalzos. Continúa su carrera naval hasta que en 1920 decide que su vocación religiosa es superior a la militar, así que se ordena sacerdote, pide su pase a la Reserva Naval e ingresa en un convento de los Carmelitas Descalzos.
Thierry d'Argenlieu tiene la característica de ser una persona muy competitiva, es decir, en cualquier organización de la que forme parte pretende llegar lo más alto posible. Y así, en la década de 1930 es nombrado Superior Provincial de los Carmelitas Descalzos para la provincia de París.
En 1939 estalla la 2ª Guerra Mundial. En Francia, el sacerdocio no exime del Servicio Militar, así que nuestro hombre es movilizado como Capitán de Corbeta de la Reserva Naval y destinado al Arsenal de Cherburgo. Destaca en su defensa y en su trabajo de inutilización y destrucción de todo el material posible para que no caiga en manos de los alemanes, quedándose hasta el final, incluso aunque ello suponga el riesgo de ser capturado por los alemanes... como efectivamente sucede.
Pero Thierry d'Argenlieu tiene claro que la guerra no ha acabado para él: salta del tren que le llevaba prisionero a Alemania, evade a sus perseguidores y pasa a la clandestinidad, intentando alcanzar las líneas francesas para seguir combatiendo. Pero Francia se rinde y firma el Armisticio antes de que Thierrry d'Argenlieu pueda volver a combatir.
Católico, conservador, militar y aristócrata, Thierry d'Argenlieu parece un candidato ideal a apoyar el régimen de Pétain... pero piensa que Francia tiene que continuar el combate y vengar la humillación que ha sufrido, así que decide huir a Gran Bretaña para unirse a De Gaulle, lo cual consigue. Su primera intención era servir como capellán castrense, pero la Marina Francesa Libre anda desesperadamente escasa de oficiales, así que le piden que sirva como oficial combatiente. Lo consulta con sus superiores eclesiásticos, que le dan el "placet", y se une a la Marina Francesa Libre como capitán de corbeta.
Durante la guerra, su ascenso es meteórico, desempeñando tanto puestos militares (mando de diversos buques de guerra), diplomáticos (representante de la Francia Libre en Canadá) y políticos (se convierte en uno de los consejeros de confianza de De Gaulle). Una anécdota curiosa es que, dando apoyo naval a la Campaña del África Ecuatorial (en la que el general Leclerc conquista para De Gaulle gran parte de las posesiones francesas en África), tiene que retomar puntualmente su labor sacerdotal: tras la conquista de Libreville, capital de Gabón, Leclerc quiere celebrar una misa de Acción de Gracias en la catedral. Pero el obispo, simpatizante de Pétain, se niega a oficiarla y prohibe a los sacerdotes de la diócesis hacerlo. Thierry d'Argenlieu cambia brevemente el uniforme por la túnica y oficia él mismo la misa.
Cuando París es liberado, De Gaulle escoge el barco comandado por Thierry d'Argenlieu para que le traslade a Francia, y Thierry d'Argenlieu es uno de los que le acompañan en su famoso paseo por París.
Acabada la guerra, en Abril de 1945, no han acabado los problemas para Francia: en Indochina, los comunistas, comandados por Ho Chi Mihn y Giap han aprovechado el vacío de poder (consecuencia de que los japoneses atacaran y descabezaran la administración francesa) para formar un ejército, ocupar gran parte de Tonkín (zona norte de Vietnam) y proclamar la independencia de la República de Vietnam. De Gaulle no está dispuesto a dejar las cosas así y envía a Vietnam a Thierry d'Argenlieu como alto comisario y a Leclerc como comandante en jefe, al mando de una importante fuerza expedicionaria. Al principio, ambos hombres están de acuerdo: el primer paso es derrotar a los comunistas.
Giap, que aún es primerizo en cuestiones militares (pero que, para desgracia de franceses y estadounidenses, aprendía rápido) comete el error de intentar aferrarse al terreno conqustado y combatir en campo abierto contra las fuerzas de Leclerc. Los comunistas son estrepitosamente derrotados, y tienen que huir a la jungla para no ser completamente destruídos. Y aquí comienzan las diferencias entre Leclerc y Thierry d'Argenlieu:
Leclerc cree que, sin acción política, la victoria militar será estéril. Sabe que los comunistas han sido vencidos pero no definitivamente derrotados, sus fuerzas aún se ocultan en la jungla y cuentan con importantes apoyos entre la población. Además, las cosas han cambiado, y muchos vietnamitas ya no ven como cosa natural el dominio de Francia, siendo partidarios del autogobierno. Y no se podrá contar con el apoyo estadounidense, dado que los EE.UU. apoyan abiertamente la descolonización.
Por todo ello, Leclerc propone negociar con Ho Chi Mihn ahora que está debilitado y ofrecerle un compromiso: autogobierno vietnamita (en una fórmula similar a los "dominions" británicos) a cambio de salvaguardar los intereses económicos franceses y mantener un cuerpo de ejército francés en Vietnam. Hay muchos que creen que Ho estaba abierto a aceptar esa oferta, porque estaba muy preocupado por el triunfo de Mao en China (China tenía reclamaciones territoriales sobre Vietnam, y las relaciones entre los partidos comunistas chino y vietnamita nunca fueron buenas), pues la garantía del ejército francés defendiendo Vietnam era un precio razonable a cambio de aparcar las reivindicaciones de independencia, pero...
... pero Thierry d'Argenlieu se opone frontalmente. Su postura es que Francia ha derrotado a los insurgentes, así que no tiene por qué hacer ninguna concesión, y se debe volver al régimen colonial anterior a 1939. El Almirante es inflexible en su postura y llega a afirmar cosas como "me avergüenza ver a militares franceses proponiendo negociar con el enemigo en vez de combatirlo". Su única concesión es la creación de un parlamento local con poderes irrelevantes, y en el que, para más "inri", el 50% de los diputados sería elegido por los franceses residentes en Vietnam y el otro 50% por los vietnamitas. De Gaulle respalda la postura de Thierry d'Argenlieu y ésta se convierte en la política oficial de Francia sobre Vietnam.
El impacto de esta decisión es enorme: Ho y Giap llegan a la obvia conclusión de que su único camino es la lucha armada y reorganizan sus fuerzas militares para una larga guerra de guerrillas. Y Francia pierde el apoyo de muchos vietnamitas que simpatizaban con ella pero también querían un mayor nivel de autogobierno. Se puede decir que Thierry d'Argenlieu es el guijarro que acabará generando una enorme bola de nieve de más de 30 años de guerra en la que saldrán con el rabo entre las piernas Francia, EE.UU. e incluso China.
En 1947, tanto Leclerc como Thierry d'Argenlieu son llamados a Francia y nombrados inspectores generales del Ejército y la Marina, respectivamente. Leclerc muere poco después, en un accidente de aviación. Por su parte, el Almirante pide en 1958 el retiro de la Marina y se retira a un monasterio carmelita, en el que muere en 1964.
En mi opinión, fue un hombre que nació fuera de su época. De haber nacido algunos siglos antes, probablemente hubiera sido caballero de la Orden de Malta, en la que hubiera podido realizar su triple vocación de religioso, militar y marino... y probablemente hubera alcanzado el rango de Gran Maestre.