Cutis escribio
Yo como Asturiano , espero que no te olvides de las guerras cantabricas
"En el occidente estaba ya en paz casi toda Hispania, excepto la parte de la Citerior, pegada a los riscos del extremo del Pirineo, acariciados por el océano. Aquí se agitaban dos pueblos muy poderosos, los cántabros y los astures, no sometidos al Imperio."
Lucio Anneo Floro, historiador romano del siglo I
Pues si tenía razón Lucio Anneo Floro;
Se denominan Guerras Cántabras (29 a. C.-19 a. C.) a los enfrentamientos entre el Imperio romano y los distintos pueblos astures y cántabros que habitaban territorios conocidos ya por los antiguos romanos como Asturiae y Cantabri, en el norte de la península ibérica.
Desde aproximadamente el 50 a.C: solamente los cantabros y astures mantenían la independencia respecto de Roma, y luchaban esporádicamente contra ella, aunque otras veces según los pactos que hubieran hecho se alistaban como tropas auxiliares de Roma. En tanto que los demás pobladores de la península ya habían sido sometidos o se adherían voluntariamente a los romanos.
Se tiene conocimiento de la existencia de cantabros en las legiones de Anibal, En el ejército de Aníbal ocupaban el primer lugar entre la multitud hispana los entonces indómitos cántabros, según lo manifiestan Silio Itálico (libro III), y Quinto Horacio Flacco (lib. IV, oda XIV). esto nos da una idea de la capacidad luchadora de los cantabros.
También parece constatada su intervención ayudando a los vacceos de la Meseta norte contra los romanos en el año 151 a. C. Y así mismo son mencionados de nuevo durante el sitio de Numancia:
Quinto Pompeyo Rufo, a poco de haber tomado el mando de la España Citerior, rompió con la ciudad de Numancia la paz estipulada en los tratados hechos con Tiberio Sempronio Graco, pretestando haber los numantinos dado asilo a los habitantes de Segeda que, en tiempo de Viriato, habían auxiliado a tan célebre caudillo español y tremendo enemigo del pueblo romano. Los de Numancia, dirigidos por el valiente y diestro jefe Megara, se defendieron tan hábil y denodadamente, que Pompeyo Rufo, concluido el período de su mando, dejó en pie la guerra, y a Popilio al frente del ejército. Popilio continuó la lucha, pero con tal desgracia, que se vio derrotado por sus aguerridos y heroicos contendientes. Sucedióle en el mando el cónsul Cayo Hostilio Mancino, el cual sitió a Numancia, y después de haber sufrido grandes pérdidas con las impetuosas salidas de los habitantes, tuvo noticia de que los cántabros y los vacceos marchaban a socorrer a los de la ciudad. No atreviéndose a esperarlos, huyó levantando sigilosamente durante la noche su campamento.
Don Manuel de Assas. Crónica de la Provincia de Santander. 1867.
Iniciada la guerra, al no conseguir victorias reales las tropas romanas, el propio Augusto se trasladara a Hispania y al frente de los ejércitos iniciara la importante campaña del año 26 a. C. contra los cántabros.
Según el historiador romano Dión Casio la táctica de cántabros y astures consistía en una guerra de guerrillas, evitando la acometida directa sobre las fuerzas romanas conscientes de su inferioridad numérica, su inferior armamento y la invulnerabilidad táctica de las legiones romanas en campo abierto. Su mejor conocimiento de un territorio abrupto y montañoso les permitía ofensivas rápidas y sorpresivas mediante el uso de armas arrojadizas, con emboscadas y ataques de gran movilidad seguidos de un ágil repliegue, que causaban graves daños a las fuerzas romanas y a sus líneas de abastecimiento.
Según ha quedado constancia por representaciones en monedas y estelas, los cántabros manejaban con habilidad el armamento ligero y así lo señala el poeta Lucano cuando dice:
Cantaber exiguis et longis Teutonus armis. El cántabro con sus pequeñas armas y el teutón con sus armas largas.
Marco Anneo Lucano. Phars., VI, 259
Los cántabros eran hábiles a la hora de montar a caballo como lo refleja el hecho de que algunas de sus tácticas de caballería pasasen a ser empleadas por el ejército romano tales como el circulus cantábricus, consistente en una formación de caballería en semicírculo, y el cantabricus impetus, ataque frontal y masivo contra las líneas enemigas con el fin de deshacerlas, descritas por Flavio Arriano. La caballería era muy importante para los cántabros, que se organizaban para luchar a pie y a caballo. Representaba el 20 o 25% de sus fuerzas, mientras que para los romanos era solo un 10 a 14% del total del ejército y poseía un papel secundario.7
Las fuerzas de los locales eran al menos al principio de la guerra comparables a las romanas, no se sabe exactamente cuántos eran, aunque los cálculos de Schulten son de 240.000 astures, de estos 80.000 a 100.000 serían capaces de luchar. Los cántabros en cambio sumaban 160.000 a 200.000 personas, y 40.000 a 50.000 eran guerreros.
Según las fuentes el ejército romano se dividió en dos partes, la mayor atacaría a los astures por ser más numerosos, la menor a los cántabros. La calidad del enemigo cántabro fue tal que obligó a Augusto a destacar en el conflicto a varias legiones en distintos momentos de la contienda:
En el año 24 a. C. los cántabros y astures reanudan las hostilidades, si bien con sus fuerzas gravemente debilitadas. Ese año, el nuevo gobernador de la Tarraconencese, L. Elio Lamia, llevó a cabo una cruel represión contra estos pueblos, ya que habían atacado a las tropas romanas atrayéndolas a una emboscada bajo la promesa de provisiones.
Es sustituido en el año 22 a. C. por Cayo Furnio, quien en un principio se pareció a los indígenas, al ser poco experto en cuestiones militares. La nueva acción parte de los astures descontentos con el control militar del gobernador de la Lusitania y arrastran a los cántabros, que, en una operación independiente, son sometidos por Furnio. Posteriormente, este último debe acudir con ayuda del legado de la Lusitania para pacificar a los astures
La mayoría de las batallas importantes fueron libradas entre el 26 y el 22 a. C., siendo esta la época de mayor intensidad de la guerra. Las principales batallas fueron:
Peña Amaya y Monte Bernorio, en el año 26 a. C. Augusto estaba al mando de los romanos.
Bergidum, ciudad astur, conquistada en el 26 a. C.
Bergida o Vellica, gran batalla en Monte Cildá; Valberga (Riaño, León); o la llanada de Mave (Palencia), en el verano del 26 a. C.
Lancia, en la primavera del año 25 a. C. En esta batalla, un gran ejército formado por astures de diferentes tribus es derrotado.
Sitio del Monte Vindio, en el otoño del 25 a. C. La mayoría de los cántabros refugiados en los riscos perecen de hambre y frío al llegar la nieves.
Aracillum, en el invierno del 25 a. C., esta fue, probablemente la batalla más importante de las guerras cántabras, el castro, que ofreció una resistencia heroica fue rodeado por tres campamentos y tomado por Antistio, con 5 legiones a su mando.
Cerco de Monte Medulio, 22 a. C. Los cántabros rodeados por un cerco de 15 millas, prefieren la muerte antes que la esclavitud.
A diferencia de otros conflictos similares, el Imperio romano optó por no hacer prisioneros, lo que supuso la eliminación de los cántabros en edad militar. Según Dión Casio:
"De los cántabros no se cogieron muchos prisioneros; pues cuando desesperaron de su libertad no quisieron soportar más la vida, sino que incendiaron antes sus murallas, unos se degollaron, otros quisieron perecer en las mismas llamas, otros ingirieron un veneno de común acuerdo, de modo que la mayor y más belicosa parte de ellos pereció. Los astures, tan pronto como fueron rechazados de un lugar que asediaban, y vencidos después en batalla, no resistieron más y se sometieron en seguida."
Dión Casio, historiador romano del siglo II
Era costumbre de los guerreros cántabros el suicidio antes que la esclavitud. Bien por la espada, bien por el fuego o, principalmente, envenenándose con pócimas hechas con semillas de tejo, árbol mítico celta, que llevaban preparadas al efecto.9 Así lo recoge Silio Itálico en su descripción sobre las costumbres de los cántabros alistados en el ejército de Aníbal:
"El cántabro, invencible ante el frío, el calor y el hambre, se lleva antes que nadie la palma en toda clase de trabajos. ¡Admirable amor a su pueblo! Cuando la inútil edad senil comienza a encanecerle, pone fin a sus años, ya no aptos para la guerra, envenenándose con el tejo. Para él es imposible vivir sin la guerra, pues toda la razón de su vida la pone en sus armas, considerando un castigo vivir para la paz."
Silio Itálico (III, 326-331)
Estrabón decía que despreciaban la muerte y el dolor, hasta el punto de seguir cantando sus himnos de victoria aún después de crucificados. Para ellos, según Estrabón, morir como guerreros y libres era una victoria.
La guerra se puede dar por finalizada en el 19 a. C., aunque se tiene constancia de rebeliones menores posteriores. La región fue devastada y los castros destruidos e incendiados, deportándose masivamente a la población y trasladándola a las llanuras. Roma, al igual que hizo en otros territorios, quiso imponer sus reformas. No tuvo demasiado éxito debido al fuerte carácter del pueblo cántabro. A pesar de ser masacrado y obligado a bajar al llano, los romanos tuvieron que dejar dos legiones durante unos sesenta años más (la X Gemina y la IV Macedónica).3
Tras las guerras cántabras y el sometimiento de cántabros por Roma, las legiones romanas adoptaron de ellos la simbología solar de cruces gamadas y símbolos lunares, o solares, tales como el lábaro cántabro (en la imagen) que portarían hasta 300 años después. El ejército romano copió de los cántabros también tácticas de caballería como las que dio en denominar el circulus cantabricus y el cantabricus impetus, anteriormente mencionadas.
Las guerras cantabras se recrean todos los años en Los Corrales de Buelna, en el último fin de semana de Agosto y el primer fin de semana de Septiembre
tras finalizar las guerras cantabras, con la dominación de Roma, los romanos fundaron diversas ciudades, entre ellas cabe destacar la de Flaviobriga, en el año 74, por el emperador Vespasiano.
Saludos a todos