El S-74 Tramontana, un posible cenizo en la Armada
Publicado: 03 Oct 2009 01:15
Como ya os adelanté, aquí tenéis una primicia bastante poco conocida.
Para poneros en antecedentes, el S-74 Tramontana, que tiene su base en Cartagena, y es actualmente el submarino más moderno de nuestra Armada, es un buque con bastante cenizo encima.
Y eso, en temas náuticos y además submarinísticos, es mucho decir.
Os pongo en antecedentes a lo que vayais un poco despistados.
Los submarinos, cada equix horas de patrulla, son sacados del agua, y revisados, en lo que se conoce como carena, en la que se realizan varias intervenciones de mantenimiento.
Cada equix carenas, se realiza una gran carena, que cuesta unos 30 millones de euritos, y en los que el submarino es literalmente desmontado, revisado pieza a pieza, y vuelto a montar.
Bien, pues terminando de su gran carena a finales del 2007, y mientras estaba siendo llenado el dique donde se encontraba, se rompe una cadena de amarre, la nave cae por popa hacia el puerto de Cartagena, tras abrir el dique a lo bestia ( de una hostia), y empieza a acercarse peligrosamente en dirección a los muros del puerto. Por suerte, el tren naval de la Armada, formado por esas embarcaciones que están para tareas internas de los puertos, consiguió detener al Tramontana, a pocos metros de estampar su popa contra el granito.
Bien, reintroducido de nuevo en dique, deberá permanecer varios meses más para ser reparado de pequeños pero graves daños en las aletas, hélices, ejes,etc.
Tras ser reparado, vuelve a navegar, a mediados del 2008, no recuerdo bien la fecha, pero por Internet la encontraréis si os interesa el tema, se hace a la mar, y a unos 50 km de Cartagena, se sumerge a 300 m, para comprobar como iba todo.
Desgraciadamente, algo sale mal, se rompe un paso de casco, que es una junta que une el casco interno con el externo, empieza a entrar agua helada a chorros, y el submarino empieza a inundarse y sufrir fallos varios. E irse hacia el fondo…
El principal problema estuvo en que tras recibir la orden del Comandante, de subir a superficie cagando leches, el Tramontana, simplemente, no alcanzaba el suficiente nivel de inclinación, que le permitiera salir a superficie, mientras se llenaba de agua.
Por lo tanto, se ordenó una maniobra nunca realizada en un submarino español, que fue soltar los lastres de plomo, que se hallan en la parte inferior de la nave, y que no sólo la lastran, sinó que la equilibran, pues mantienen bajo su centro de gravedad.
Y si se pierde el centro de gravedad, la escora ó inclinación lateral puede provocar que la nave de la vuelta, y eso sería el fin.
Bueno, a pesar de que las cosas no salieron como se publicitó, pues ciertos tripulantes se colapsaron y no acataron con la debida premura las órdenes que recibían, fruto del caos, de la neblina producida por el agua helada, etc, consiguieron salir a la superficie, con la ayuda de la Virgen del Carmen, sin lugar a dudas.
El Tramontana vuelve a dique seco, se repara, se revisa, se le colocaron los lastres de plomo de otro submarino que estaba en gran carena, se limitó a todos ellos a cota de inmersión de 50 m, y ala, a correr. Digo, a patrullar y a sumergirse.
Revisado y reparado de nuevo, el Tramontana vuelve a salir a la mar.
Y… en un inicio de maniobra de inmersión, se produce de nuevo un fallo, que está a punto de mandarlo a pique.
Los submarinos tienen tanques de lastre de agua en proa y popa, compartimentados, así como de combustible entre medio, por lo que es necesario llenar ó vaciar estos tanques desplazando a menudo el agua de su interior, de un tanque a otro, para que la nave se mueva dentro de las inclinaciones que el Comandante ordene.
Hasta aquí todo claro.
Pero al parecer, alguien la cagó, ó bien una válvula no funcionó correctamente, y el tanque de lastre de proa, se llenó demasiado rápido y en demasiada cantidad de líquido, por lo que la nave alcanzó una inclinación demasiado marcada, que se aceleró mientras más agua entraba, y más hacia la proa se desplazaba dicho agua, fruto de la gravedad.
El resultado fue que las hélices del submarino acabaron saliendo del agua, el submarino casi se puso en vertical, el pánico volvió a surgir a bordo, pues muchos eran los tripulantes que recordaban y habían sufrido el anterior accidente, y al final, alguien consiguió escalar hacia la válvula adecuada, y corregir dicho fallo, que acabó con algún contusionado y poco más.
Para mí, que no dudo de la profesionalidad de nuestros submarinistas(que como humanos pueden cometer errores al igual que todos), que son una especie aparte dentro de nuestra Armada, esto es la gota que colma el vaso.
Demasiadas veces hemos rozado la catástrofe, como para seguir jugándonosla con estos cacharros, que ya tienen unos 25-30 años.
Y eso que estos chicos, tienen verdadera Fe en su trabajo y en sus posibilidades, pues no tienen ninguna duda, de que ellos, SÍ pueden hundir un portaaviones nuclear estadounidense, pues son pequeños y silenciosos.
Aunque tampoco albergan muchas dudas, de que una vez lanzado el ataque,y por lo tanto revelada su posición, su evasión sería harto difícil, y les costaría la vida.
Pero hundir lo hunden.
Esperemos que Navantia solucione pronto sus litigios con la dueña de la patente de los Scorpene, ó se busque otra opción, porque así no podemos seguir, ó algún día lo lamentaremos, que esperemos que no.
Como apunte, recordar que Francia retiró sus Agosta, la serie de la que derivan los Galerna a la que pertenece el Tramontana, hace unos 10 años…
Os pongo algunas imágenes que he tomado personalmente de la gran carena a la que se someten dos de los submarinos de esta misma clase Galerna, tomadas desde puntos civiles, pues ya sabeis que desde puntos militares no se pueden tomar imágenes...
Para poneros en antecedentes, el S-74 Tramontana, que tiene su base en Cartagena, y es actualmente el submarino más moderno de nuestra Armada, es un buque con bastante cenizo encima.
Y eso, en temas náuticos y además submarinísticos, es mucho decir.
Os pongo en antecedentes a lo que vayais un poco despistados.
Los submarinos, cada equix horas de patrulla, son sacados del agua, y revisados, en lo que se conoce como carena, en la que se realizan varias intervenciones de mantenimiento.
Cada equix carenas, se realiza una gran carena, que cuesta unos 30 millones de euritos, y en los que el submarino es literalmente desmontado, revisado pieza a pieza, y vuelto a montar.
Bien, pues terminando de su gran carena a finales del 2007, y mientras estaba siendo llenado el dique donde se encontraba, se rompe una cadena de amarre, la nave cae por popa hacia el puerto de Cartagena, tras abrir el dique a lo bestia ( de una hostia), y empieza a acercarse peligrosamente en dirección a los muros del puerto. Por suerte, el tren naval de la Armada, formado por esas embarcaciones que están para tareas internas de los puertos, consiguió detener al Tramontana, a pocos metros de estampar su popa contra el granito.
Bien, reintroducido de nuevo en dique, deberá permanecer varios meses más para ser reparado de pequeños pero graves daños en las aletas, hélices, ejes,etc.
Tras ser reparado, vuelve a navegar, a mediados del 2008, no recuerdo bien la fecha, pero por Internet la encontraréis si os interesa el tema, se hace a la mar, y a unos 50 km de Cartagena, se sumerge a 300 m, para comprobar como iba todo.
Desgraciadamente, algo sale mal, se rompe un paso de casco, que es una junta que une el casco interno con el externo, empieza a entrar agua helada a chorros, y el submarino empieza a inundarse y sufrir fallos varios. E irse hacia el fondo…
El principal problema estuvo en que tras recibir la orden del Comandante, de subir a superficie cagando leches, el Tramontana, simplemente, no alcanzaba el suficiente nivel de inclinación, que le permitiera salir a superficie, mientras se llenaba de agua.
Por lo tanto, se ordenó una maniobra nunca realizada en un submarino español, que fue soltar los lastres de plomo, que se hallan en la parte inferior de la nave, y que no sólo la lastran, sinó que la equilibran, pues mantienen bajo su centro de gravedad.
Y si se pierde el centro de gravedad, la escora ó inclinación lateral puede provocar que la nave de la vuelta, y eso sería el fin.
Bueno, a pesar de que las cosas no salieron como se publicitó, pues ciertos tripulantes se colapsaron y no acataron con la debida premura las órdenes que recibían, fruto del caos, de la neblina producida por el agua helada, etc, consiguieron salir a la superficie, con la ayuda de la Virgen del Carmen, sin lugar a dudas.
El Tramontana vuelve a dique seco, se repara, se revisa, se le colocaron los lastres de plomo de otro submarino que estaba en gran carena, se limitó a todos ellos a cota de inmersión de 50 m, y ala, a correr. Digo, a patrullar y a sumergirse.
Revisado y reparado de nuevo, el Tramontana vuelve a salir a la mar.
Y… en un inicio de maniobra de inmersión, se produce de nuevo un fallo, que está a punto de mandarlo a pique.
Los submarinos tienen tanques de lastre de agua en proa y popa, compartimentados, así como de combustible entre medio, por lo que es necesario llenar ó vaciar estos tanques desplazando a menudo el agua de su interior, de un tanque a otro, para que la nave se mueva dentro de las inclinaciones que el Comandante ordene.
Hasta aquí todo claro.
Pero al parecer, alguien la cagó, ó bien una válvula no funcionó correctamente, y el tanque de lastre de proa, se llenó demasiado rápido y en demasiada cantidad de líquido, por lo que la nave alcanzó una inclinación demasiado marcada, que se aceleró mientras más agua entraba, y más hacia la proa se desplazaba dicho agua, fruto de la gravedad.
El resultado fue que las hélices del submarino acabaron saliendo del agua, el submarino casi se puso en vertical, el pánico volvió a surgir a bordo, pues muchos eran los tripulantes que recordaban y habían sufrido el anterior accidente, y al final, alguien consiguió escalar hacia la válvula adecuada, y corregir dicho fallo, que acabó con algún contusionado y poco más.
Para mí, que no dudo de la profesionalidad de nuestros submarinistas(que como humanos pueden cometer errores al igual que todos), que son una especie aparte dentro de nuestra Armada, esto es la gota que colma el vaso.
Demasiadas veces hemos rozado la catástrofe, como para seguir jugándonosla con estos cacharros, que ya tienen unos 25-30 años.
Y eso que estos chicos, tienen verdadera Fe en su trabajo y en sus posibilidades, pues no tienen ninguna duda, de que ellos, SÍ pueden hundir un portaaviones nuclear estadounidense, pues son pequeños y silenciosos.
Aunque tampoco albergan muchas dudas, de que una vez lanzado el ataque,y por lo tanto revelada su posición, su evasión sería harto difícil, y les costaría la vida.
Pero hundir lo hunden.
Esperemos que Navantia solucione pronto sus litigios con la dueña de la patente de los Scorpene, ó se busque otra opción, porque así no podemos seguir, ó algún día lo lamentaremos, que esperemos que no.
Como apunte, recordar que Francia retiró sus Agosta, la serie de la que derivan los Galerna a la que pertenece el Tramontana, hace unos 10 años…
Os pongo algunas imágenes que he tomado personalmente de la gran carena a la que se someten dos de los submarinos de esta misma clase Galerna, tomadas desde puntos civiles, pues ya sabeis que desde puntos militares no se pueden tomar imágenes...