
Volviendo al programa OHWS, resulta muy interesante analizar los requerimientos que éste contenía para el desarrollo de la nueva pistola. Como sabemos, ésta se destinaría a los USSOCOM, una especie de súper mando de fuerzas de elite que concentra a las más importantes unidades militares de tropas especiales de los EEUU, entre los que se encuentran los Navy SEAL, el Air Force Special Operations Wing, el Army Green Berets, los Rangers, y la Special Operations Aviation. Con futuros usuarios tan especiales, la pistola que compartieran no podía ser una semiautomática común y corriente. No es cuestión de andar eligiendo para semejante “Special Command" un “hierrecito" cualquiera, de esos que hay en todos lados. Para estas súper fuerzas, llenas de siglas y nombres raros, había que crear algo nuevo y muy especial, de uso exclusivo y, por supuesto, al estilo norteamericano.

Recordemos las idas y venidas que tuvieron los programas XM-9 y XM-10, y en menor medida el XM-11, en los que se llevó a cabo la selección de una nueva arma reglamentaria para el Ejército de los EEUU. Como sabemos, a pesar de las fuertes resistencias encontradas, la pistola Colt 1911 y el venerado cartucho .45 ACP fueron reemplazados por la pistola italiana Beretta 92-F y por el cartucho 9x19mm Parabellum. Por último, la Sig Sauer P-228, también de 9mm, fue seleccionada como pistola compacta del Ejército. Entonces, si después de tanto programa y tanto estudio, las FFAA de los EEUU se decidieron a dar un paso tan importante, como fue abolir la supremacía de su pistola 1911 y el cartucho .45 ACP, es como para pensar que desde el punto de vista táctico el 9mm Parabellum es superior para uso militar que el viejo 45. ¿No creen? Sin embargo, parece ser que después volvieron a pensar que el .45 ACP era mejor.
Después de que Colt se retirara del programa a comienzos del año 1993, Heckler & Koch continuó con el desarrollo de la pistola y el silenciador en su planta de Oberndorf, mientras que el sistema de módulo láser quedó a cargo de la compañía Insight Technology Inc. de Manchester. Las pruebas continuaron con la evaluación de 30 prototipos entregados a la US Navy, y luego fueron complementadas con otras evaluaciones más en las fases siguientes del programa. Durante su transcurso, el desarrollo del sistema silenciador y apagallamas, pasó a manos de la firma Knight Armament Company.

Podemos escribir mucho más sobre pruebas y datos técnicos del OHWS, pero creo que de toda esta historia uno de los aspectos más importantes es la elección del cartucho .45 ACP para esta modernísima pistola. Máxime cuando, según parece, esto fue una exigencia impuesta por el programa OHWS a Heckler & Koch. Después de haber transcurrido varios años de los programas XM-9 y XM-10, y de la adopción del 9x19mm Parabellum en el Ejército de los EEUU, el OHWS surgió como una especie de reivindicación para el tradicional cartucho americano .45 ACP. Con una producción inicial de 1.950 pistolas enviadas a los SEAL en mayo de 1996, la pistola SOCOM fue oficialmente designada como MK23 MOD 0, USSOCOM Pistol, Semi-Automatic, Cal.45.

La primera impresión al empuñar esta sofisticada .45 es sin duda la de tener entre las manos un arma realmente voluminosa. Creo que el término que mejor le queda es “enorme". El largo de su corredera, así como su grosor, la altura y hasta el tamaño del arco guardamonte, la señalan como una pistola donde el aspecto que menos les ha preocupado a los diseñadores parece ser el tamaño. De “compact" no tiene nada. Pero, como contrapartida, el peso no es elevado, es más, diría que sorprende que sea tan liviana. De hecho, el armazón es de polímero y esto le permite a la Mark 23 obtener una importante reducción en su peso total, sin escatimar acero en otras partes.
El arco del guardamonte es tan amplio que permite tomar la cola del disparador en doble acción con tres dedos puestos en fila (en simple acción caben 4), o bien si el usuario lo prefiere, y pensando en una futura guerra espacial, con guantes de astronauta. En la parte frontal del arco del guardamonte encontramos un orificio roscado, que obviamente sirve para instalar y asegurar el modulo láser al armazón. También tiene un espolón delantero, aunque para utilizarlo hay que injertarse una falange más en el dedo índice.

En los requerimientos iniciales del contrato, la pistola USSOCOM debía tener un largo máximo sin silenciador de 250mm. El arma desarrollada por Heckler & Koch no quedó muy lejos de esta medida, ya que la Mark 23 mide 245mm y el cañón tiene una longitud de 149mm (5.47 pulgadas). Es decir, que estamos hablando de casi 6 pulgadas de cañón para un arma de servicio. La altura total exigida era de 150mm, exactamente la misma que la obtenida, y sobre un peso máximo de 1300 gramos, con el cargador vacío colocado, la Mark 23 alcanzó los 1200 g, y eso que tiene armazón de polímero. El cargador vacío pesa 110 g, y lleno unos 366 g. Por lo tanto, el arma cargada con sus 12 cartuchos pesa 1466 g, prácticamente lo mismo que una 1911 cargada con 8 cartuchos. Asimismo, como la mayoría de las semiautomáticas modernas, la Mark 23 además de cuadrada es ancha, tanto que alcanza los 35mm de grosor, aunque existe en el mercado más de una de 9mm Parabellum con esta misma medida.

Continuando con la empuñadura, vemos que ésta posee gruesos y efectivos picados antideslizantes, y que además se encuentra totalmente libre de protuberancias y puntos de enganche. En general, en toda la pistola se aprecia la misma cualidad, ya que las palancas y mandos están colocados bajo el relieve del armazón, y por su tamaño y diseño, son completamente antienganches. En este aspecto, la Mark 23 difiere de la serie USP y creo que la supera. La palanca desamartilladora, por ejemplo, está completamente sumergida en el lateral izquierdo del armazón, sin sobresalir ni un milímetro, y sin embargo, puede accionarse fácilmente con el dedo pulgar.