En primer lugar os digo que aborrezco la violencia entre humanos y que sólo trato de herramientas para sobrevivir.
Imaginemos que por razones personales debemos emigrar por ejemplo a un destino como Alasca, muy popularizado por los programas de National Geographic.
Dejando de lado que me compraría un rifle de gran calibre como un 45-70 y un revólver del 44 mágnum, por puras razones de supervivencia ante la fauna salvaje, a la que no provocaría, pero de la que me habría de defender en casos extremos, portaría tres armas blancas, y esto es mi opinión personal, que es muy discutible y espero que los camaradas aporten su opinión.
Mi cuchillo de campo favorito es el K-Bar, del que tengo la versión canadiense de sus marines y que me costó el ridículo precio de dos mil pesetas -doce euros- comprado de segunda mano en un mercadillo, que supongo que ni sabían lo que estaban vendiendo.
Mi navaja favorita es una Victorinox Delemont, extremadamente útil para la vida en el campo, y una de mis hachas: una Prat de Cardedeu (B), herramienta hecha a mano y cuyo mango no es ni mucho menos el mejor: el fierro lo encontré tirado en un campo.
Saludos: Brugent.
