Jorge Bach escribió:Ya que se ha tocado el tema de proyectiles y cirujanos.
En una oportunidad nos trajeron un perro con una herida de bala en una pata (llevaba con ella más de un día), para ser exactos a la altura de la articulación escápulo-humeral. En la radiografía se veía perfectamente un proyectil calibre 22 apenas deformado; debía ser una bala perdida disparada a mucha distancia, de haber sido disparada al perro, aunque fuera a 100 metros, hubiera penetrado mucho más. Bueno, la cuestión que entre la sangre, los tejidos tumefactos y la inflamación; nos costó más de media hora encontrar y extraer el proyectil que teníamos perfectamente localizado en la placa. No te digo yo extraer decenas de fragmentos pequeños.
Mi tío que peleó en la segunda guerra, regresó con unas cuantas esquirlas pequeñas en el cuerpo, que ni Dios se las pudo quitar. De modo que cualquier proyectil que se fragmente, lo más seguro que permanezca en gran parte dentro de los tejidos de la víctima (si sobrevive).
Otro caso interesante, que no viene al caso, pero ya que estoy lo cuento. En una necropsia de un perro que no sabían la causa de la muerte, encontré un proyectil de 4½ de aire comprimido en el páncreas y por supuesto una peritonitis secundaria severa. El perro pesaría unos 30 Kg. De modo que si alguien me pregunta si se puede matar con un arma de aire comprimido, debo responder que si.
Disculpen el tocho y cordiales saludos.
Muy interesante Jorge