Jacinto Ruiz y Mendoza
El año 2008, año por excelencia del “Bicentenario de la Guerra de la
Independencia (1808-2008)”, está tocando a su fin. Hemos consumido casi
los 365 días del año y la administración postal española, pese a las
reiteradas solicitudes, no ha tenido a bien emitir un sello de correos que
conmemore tal efemérides. Como hace doscientos años, todo gesto, filatélico
en nuestro caso, ha quedado al buen hacer y mejor querer de la iniciativa
“popular”.
La Agrupación Filatélica de Ceuta, a pesar de estrellarse reiteradas veces
contra la inmovilidad de la autoridad filatélica, ha contribuido con su pequeño
grano de arena a evitar que nadie “acalle, oculte y desarraigue los valores e
ideales de libertad, igualdad y justicia que enraizaron en aquella España de
1808.” Y para ello, ha propiciado la emisión privada de un “sello
personalizado” dedicada al Teniente Don Jacinto Ruiz Mendoza, ceutí de
cuna y héroe del 2 de mayo.
Mediante la emisión de este sello, la Agrupación Filatélica de Ceuta quiere
honrar a todos aquellos españoles que, venciendo a las fuerzas impasibles,
ofrecieron su sangre generosa en la defensa de la independencia de España.
El “sello personalizado” del Teniente Ruiz Mendoza reproduce el cuadro que,
sobre su figura, realizó D. Mariano Bertuchi Nieto y que embellece las
paredes del Palacio de la Asamblea de la Ciudad Autónoma de Ceuta. El
sello se completa con el lema “Teniente D. Jacinto Ruiz Mendoza (1808-
2008). Héroe ceutí, héroe de España” y el anagrama de la Agrupación
Filatélica de Ceuta. La reproducción fotográfica utilizada para su emisión
corresponde al artista local D. José Gutiérrez Álvarez.
A ningún filatélico se le escapa la importancia capital que D. Mariano
Bertuchi tiene para la Filatelia, pues diseñó todos los sellos del antiguo
Protectorado Español en Marruecos, además de alguna que otra serie postal
para España, Territorio de Ifni y Sahara Español. No en vano, D. Mariano
también es conocido como “El pintor de Marruecos”.
Pero, ¿quién fue y qué hizo el Teniente Ruiz? Jacinto Ruiz Mendoza nació
en Ceuta el 16 de agosto de 1779 en el seno de una familia de tradición
militar, siendo bautizado en la iglesia de los Remedios. La ciudad que le
alumbró vivía constreñida por recias murallas que la defendían del secular
enemigo magrebí, que en reiteradas ocasiones la sitiaba para conquistarla
por las armas. Era pues una ciudad en la cual el estamento militar formaba
parte de la vida cotidiana y en cuya presencia nuestro personaje crecía. A la
temprana edad de 16 años ingresa en el Regimiento Fijo de Ceuta, de
guarnición en la plaza y en el que miles de ceutíes, bien bajo ese nombre o
con otra denominación, han servido a su país y han defendido su tierra.
En 1801 pasa al Regimiento de Voluntarios del Estado de guarnición en
Madrid, habiendo alcanzado el empleo de teniente cuando se suceden los
acontecimientos de mayo de 1808 en la villa y corte.
La decisión del General Murat de trasladar a Bayona a los últimos miembros
de la familia real española fue la gota que colmó la paciencia del pueblo de
Madrid, que se echó a la calle para impedirlo. Se produjeron ataques
desorganizados contra los franceses, quienes los repelieron haciendo uso de
una desmedida violencia. La presencia de un gran ejército francés en
España se debía a la presunta intención de invadir Portugal, que tenía el
emperador galo Napoleón.
El pueblo madrileño se ha levantado contra el francés y se dirige a los
cuarteles en solicitud de armas con las que enfrentarse en tal desigual
contienda. No obstante, el capitán general de Madrid D. Francisco Javier
Negrete había ordenado a las tropas que se mantuvieran acuarteladas y no
prestaran ningún tipo de ayuda a los “sublevados”.
Siguiendo órdenes de su coronel, el teniente Ruiz al mando de la 3ª
compañía del 2º batallón se dirige al Parque de Artillería, sito en el Palacio
de Monteleón, para reforzar a la guarnición allí existente, poniéndose a las
órdenes del capitán Daoiz, quien estaba auxiliado por el capitán Velarde.
Ambos artilleros se debaten entre las órdenes recibidas de permanecer
impasibles ante la masacre de españoles que se van sucediendo o armar la
pueblo de Madrid que se agolpa, en dicha demanda, ante las puertas del
parque. Puede esto último, pero hay que desarmar previamente a la guardia
francesa que también ocupa el recinto artillero, y de esto se encarga el
teniente Ruiz con sus infantes. Con ello acaban de cruzar la sutil línea que
los puede llevar bien al pelotón de fusilamiento por desobediencia bien al
olimpo de los héroes.
Daoiz, Velarde, Ruiz y un puñado de valientes tienen que hacer frente a más
de dos mil franceses de la División Leclerc. Muere Daoiz, muere Velarde,
mueren muchos madrileños que oponen sus pechos a la vil metralla francesa
defendiendo el Parque de Monteleón y la dignidad de todo un pueblo. El
teniente Ruiz cae gravemente herido tras ser alcanzado por una bala que le
atraviesa el pecho. Es rescatado de entre un montón de cadáveres y
trasladado a su domicilio para reponerse de las heridas. En junio, con fiebre
alta y la herida sin cicatrizar huye hacia Badajoz y solicita su incorporación al Ejército de Extremadura. España entera se ha levantado contra Napoleón.
Finalmente queda destinado al Real Cuerpo de Guardias Walonas, pero no
logra reponerse de la mortal herida y fallece en la ciudad de Trujillo el 13 de
marzo de 1809 siendo enterrado en la iglesia de San Martín de dicha ciudad.
En 1891 se le erige un monumento en la ciudad de Madrid, obra del escultor
D. Mariano Benlliure, y que aún se puede contemplar en la plaza del Rey.
ABNEGACIÓN, LEALTAD, FORTALEZA, PATRIOTISMO. Estos valores
aparecen labrados en bronce en la basa que sirve de pedestal a la estatua
que inmortaliza al ceutí D. Jacinto Ruiz Mendoza, teniente del Regimiento
Voluntarios del Estado. Pero estas virtudes no son privativas de él, sino que
se convirtieron en las mejores armas que opusieron aquellos españoles de
1808 al invasor francés y con las que, tras duros y amargos años de lucha,
lograron expulsarlo del suelo patrio en 1814.
También la ciudad que le vio nacer, Ceuta, le erigió un busto en el más noble
mármol de Carrara fruto de la maestría de Carlo Nicoli, que fue inaugurado el
10 de octubre de 1892 y que sigue señoreando la plaza de su nombre en el
centro de la ciudad.
Información sacada de:
https://www.canariascoleccion.com/NOTICI ... e_Ruiz.pdf