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Pistola Grant Hammond .45 ACP: Tan increíblemente precisa como poco fiable

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Portada Pistola Grant Hammond .45

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grant hammondLa historia armera está plagada de prometedores prototipos y diseños que, tras una sugerente carta de presentación, acabaron arrinconados en el cajón de algún diseñador cuyo sueño nunca llegó a cumplirse.

La historia armera está plagada de prometedores prototipos y diseños que, tras una sugerente carta de presentación, acabaron arrinconados en el cajón de algún diseñador cuyo sueño nunca llegó a cumplirse. Uno de estos numerosos ejemplos lo encontramos en el arma que nos ocupa, una extraña y casi desconocida pistola semiautomática de simple acción fabricada en suelo estadounidense. Se trata del modelo Grant Hammond .45 ACP, un arma de la que apenas se fabricaron menos de 20 modelos y que nunca llegó a producirse en masa. Aun así, su nacimiento despertó grandes expectativas en el sector armamentístico, principalmente por su notable precisión, lo que le llevó a estar a punto de convertirse en una de las armas de dotación oficial del Ejército estadounidense en el periodo de entreguerras. Esta es su historia.

Poco, o muy poco, se conoce acerca de los orígenes de esta pistola semiautomática con aspiraciones de arma militar. De lo poco que se ha publicado sobre ella, hemos encontrar alguna información firmada por Ed Buffaloe, y otros datos recopilados en el manual “2012 Standard Catalog of Firearms: The Collector’s Price & Reference Guide”, una guía de referencia para los coleccionistas de armas, editada en Estados Unidos, y que recoge información sobre la mayoría de armas de fuego fabricadas en todo el planeta. Según estas fuentes, Grant Hammond, el diseñador que da nombre a este mítico modelo, fue un ingeniero químico nacido en 1868 en la ciudad estadounidense de San Francisco. Al parecer, después de haber trabajado para la fábrica armamentística de Winchester, Hammond decidió crear su propia empresa durante la primera década del pasado siglo XX. Nacía así la Grant Hammond Manufacturing Company, una firma dedicada a la fabricación de diferentes piezas y componentes para los aviones de combate del Ejército estadounidense. Seguramente, en opinión de Buffaloe, fue gracias a estos trabajos para la aviación norteamericana por los que Hammond pudo contactar con el Departamento de Defensa para presentar su diseño de pistola semiautomática al concurso oficial para elegir un arma corta de dotación para los soldados estadounidenses (posterior a la elección de la Colt M1911).

Los primeros modelos y prototipos de pistola diseñados por Hammond eran bastante complejos, con un sistema de acción muy sofisticado, y que además estaba ideado para disparar munición del calibre .32 ACP. Sin embargo, la versión que más popularidad obtuvo con el paso de los años fue el modelo diseñado para el calibre .45 ACP, el cual disponía de una estructura interna menos compleja y una recuperación por toma de gases más sencilla y efectiva (gracias sobre todo a la mayor potencia y retroceso del calibre .45). Este fue precisamente el modelo de pistola con el que Grant Hammond intentó conseguir su ansiado contrato militar, y del cual se conocen una docena o más de diferentes prototipos.

Primeras pruebas del US Army
Según cuenta Ed Buffaloe en uno de los pocos documentos escritos sobre esta histórica pistola, en el año 1917 la Grant Hammond Company contactó con el Departamento de Defensa estadounidense para solicitar una prueba de su pistola, la cual argumentaban desde la propia empresa, era superior a la Colt M1911. Varios integrantes de este Departamento, la mayoría de ellos consumados expertos en armas cortas, visitaron las instalaciones de la Grant Hammond Company para testar su pistola. Entre estos probadores se encontraba el Comandante (Major) Charles F. Armstrong, asistente del Inspector jefe de Armas Cortas en la fábrica de Winchester, quien disparó un ciclo completo de 8 cartuchos con la pistola Grant Hammond. En su informe del 13 de noviembre de 1917, Armstrong dijo que la Grant Hammond “podría ser la pistola automática más precisa que jamás había visto”. Sin embargo, también es cierto que el arma denotó ciertos problemas con la detención del cerrojo y con el cargador, por lo que el comité de pruebas sugirió realizar un nuevo test más adelante. Así, casi un mes después de esta primera prueba inicial, y seguramente tras haber acometido varias mejoras en su diseño, el propio Comandante Armstrong y otros 3 destacados miembros del US Army, volvieron a las instalaciones de la Grant Hammond Company para volver a testar el arma. En esta ocasión, realizaron un total de 252 disparos y registraron 11 problemas de funcionamiento, todos ellos atribuidos a sus defectuosos y problemáticos cargadores. Así que nuevamente, recomendaron la realización de una tercera prueba.

En enero de 1918, y ahora en las instalaciones de la mítica Springfield Armory, la pistola diseñada por Grant Hammond volvió a someterse a un nuevo juicio. En esta ocasión, los técnicos controlaron el tiempo que se tardaba en desmontar y montar el arma, al menos en un despiece básico. También se realizó una prueba de tiro, disparando un total de 10 cartuchos a una distancia de 15 yardas (13,72 metros), y que dio como resultado una agrupación de impactos en un radio de 2,3 cm. Sin embargo, y a pesar de este buen resultado, durante la prueba de 10 disparos se produjeron 5 interrupciones, lo que tumbó nuevamente su aprobación. Aun así, Grant Hammond no se amilanó y siguió empeñado en “colocar” su pistola en el Ejército estadounidense. Para ello, el siguiente paso fue someter su diseño a un test de tortura que tuvo lugar en marzo de 1918. En esta ocasión se realizaron un total de 5.000 disparos, dejando que el cañón se enfriara cada 50 disparos. Los técnicos registraron 154 problemas de funcionamiento, teniendo que sustituir el muelle extractor, y dos agujas percutoras que se rompieron durante la prueba. Ante esta decepcionante situación, Hammond retiró su pistola sin que la prueba se completara finalmente.

El Ejército estadounidense probó por última vez la pistola ideada por Grant Hammond en abril y junio de 1918. En esta ocasión, los tests se llevaron a cabo en las instalaciones de Camp Perry y fueron mucho más variados y exigentes que antes: precisión, velocidad de disparo, dureza, resistencia al polvo y la arena, etc. Nuevamente, la pistola no ofreció un buen resultado en cuanto a fiabilidad, y su adopción se desestimó para siempre.

Diseño original e inspirador
Hasta ese momento, mediados de 1918, la Grant Hammond .45 ACP se había mostrado como un arma muy prometedora gracias a su notable precisión, aunque los fallos de interrupción, la complejidad de sus mecanismos internos, y los problemas relacionados con su cerrojo, alimentación y expulsión de vainas vacías, terminaron por acabar con su proyecto de vida. A pesar de todo, su original diseño no pasó desapercibido para el sector armero, hasta el punto de servir como fuente de inspiración para la posterior High Standard .45. Respecto de la Grant Hammond, conviene destacar que uno de los aspectos más curiosos de esta pistola es que, una vez disparado el último cartucho del cargador, la recámara se quedaba abierta gracias a que los labios del cargador bloqueaban la ventana de expulsión. De esta forma, y gracias a una pequeña palanca ubicada junto a la cacha izquierda de su empuñadura, el tirador podía extraer el cargador vacío fácil y rápidamente. Un cargador que, por cierto, tenía una capacidad de carga máxima de 8 cartuchos del calibre .45 ACP.

Otro de los elementos a tener en cuenta de esta pistola semiautomática era su largo cañón de 6.75” (17,15 cm), forjado en acero pavonado de color azul, el mismo material empleado para el diseño del resto de piezas fundamentales del arma. Equipada con unas cachas de madera de nogal, a ambos lados de su cajón de mecanismos figuraban dos inscripciones: “Grant Hammond Mfg. Corp. New Haven, Conn.”, en la cara derecha, justo debajo de la ventana de expulsión; y las fechas de las distintas patentes y prototipos en el costado izquierdo. Todos los ejemplares conocidos de esta pistola muestran pequeñas diferencias, por lo que se considera casi probado que la Grant Hammond nunca pasó de la fase de prototipos. En este sentido, el número de serie más alto de los que hay constancia es inferior a 20. Ante esta perspectiva, no resultar raro que este raro e histórico ejemplar del calibre .45 ACP posea un gran valor entre los coleccionistas de armas antiguas. Un valor por cierto prácticamente incalculable, ya que como recoge la propia guía “Standard Catalog of Firearms: The Collector’s Price & Reference Guide” del año 2012, la exótica pistola Grant Hammond es “too rare to price” (demasiado extraña para ponerle precio).

hortsheld

Comentarios


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Frankie

29, Diciembre 2013 23:26:44

Espléndido artículo. Un arma que no conocía. Muchas gracias.
Por cierto, la traducción, al final del artículo, sería más bien "demasiado escasa para ponerle precio", en el sentido de que no tiene precio debido a la ausencia de oferta.

Webmaster

27, Diciembre 2013 16:18:12

En este enlace podéis ver un video donde aparece esta histórica pistola, una de las aspirantes a convertirse en arma corta de dotación oficial del Ejército estadounidense: http://www.armas.es/contenidos/videos/106-webmaster/video/10-1911-trial-pistols.html

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